Ha pasado mucho tiempo hasta darme cuenta de esto, pero cada vez es más evidente, y el hecho es que he tomado cosas de todas las personas a las que les tuve cariño o interés, y ellos lo tuvieron conmigo. En algunos casos se vuelve tan simple como una canción, como un "Deberías escuchar esto" y nada más. En otros ya forma parte de mi personalidad, ya se arraiga a mi sarcasmo, a mi cinismo. Ahora mismo se me hace muy dificil discernir si es bueno o malo. Puede tanto darme aliento como quitármelo, y solo he podido pensar en por qué esto ocurre, y si solo ocurre conmigo mismo. Cambiar es parte de crecer, pero si el crecimiento no es voluntario, si tomamos partes de otras personas para llenar los huecos que siempre existieron y que se seguirán generando, ¿en verdad crecemos como persona? Yo apuntaría a que la respuesta es sí, porque mientras nos gusten las cosas con las que llenamos el vacío, son tanto nuestras como de las personas a quienes se las pedimos prestadas en una especie de "observa y aprende". Siempre será mejor encontrar las cosas por uno mismo, descubrir pasiones que solo nos pertenezcan a nosotros y a nadie más. No ser el primero en pisar la Luna pero si haber llegado por nuestra cuenta. Y si al final, no podemos solos, es mejor pisarla con ayuda que nunca haber llegado.