Parte 1 Confesión

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Lo primero que le advirtieron a Atsushi Nakajima, cuando se unió a la Agencia de Detectives Independientes fue mantenerse alejado de Akutagawa Ryunosuke.

Atsushi no tuvo una buena infancia, al escapar del horfanato en el que vivía sufriendo de hambre y maltratos injustificados, fue acogido por Osamu Dazai, en agradecimiento por salvarlo de ahogarse en un río, le dio un hogar y trabajo, al lado de detectives que toman trabajos desde encontrar y atrapar mascotas hasta asesinos. De huérfano a detective... su vida seguira siendo difícil.

-Sólo sigue haciendo lo que hasta ahora y estarás bien, mocoso.-dijo el rubio de lentes sobandose el puente de la nariz, estaba estresado, como cuando el horario en su libreta se ve alterado y no cumple con lo ya escrito.

-No puedo, Kunikida-san. Lo amo.-respondió el chico albino enfrentado a Doppo como hizo la primera vez que le confesó aquello. Y por primera vez iría en contra de la Agencia.

-¡¿Estas loco?!-finalmente explotó el de gafas. Eso definitivamente no estaba escrito en su libreta, y como tal no debía estar pasando.

Kunikida Doppo realmente no se esperaba que el miembro más responsable, un chico inteligente y amable, le dijera que estaba enamorado de un miembro de la Mafia, y no era cualquier cosa. Justo era la organización criminal con la que tantos problemas tienen, incluso ya son conocidos como rivales, la Agencia y la Port Mafia. Uno de sus miembros más peligrosos era al que Atsushi amaba.

-¡Lo siento Kunikida-san! Solo queria que lo supieras.-dijo en un tono que al rubio lo hizo sentir como a una Madre, más quería tomar ese papel tratando de convencer al chico que lo que hacía estaba mal.

-Lo se.-le cortó el albino en medio de su sermón.-... se que es un asesino, pero... yo amo a Akutagawa-kun.

Lo seguía repitiendo, amar a un criminal. Kunikida pareció ver diversión en los ojos de Atsushi. Si eso sólo era un juego entre el albino y el perro rabioso de la Port Mafia, lo dejaría entonces. No había futuro en esa relación si el albino sonreía de esa manera. Aunque su disculpa la había sentido tan real... tal vez Nakajima si estaba loco por enamorarse de un criminal.

Pero Atsushi estaba consciente de todos los defectos de Akutagawa. Pero también conoce el lado bueno del mismo. Sabe que es amado también, las acciones son las que cuentan, y que Ryunosuke haya dejado de lado su lealtad hacia la Mafia por defenderlo fue suficiente para amarlo.

Atsushi salió de la Agencia a encontrarse con su amante. Este ya lo esperaba recargado en la pared dentro de un callejón, justo terminaba con un encargo de su Jefe. Nakajima sacó un pañuelo de su bolsillo para limpiar los restos de sangre en el rostro de Akutagawa. Le sonrió al terminar y fue recompensado con un beso.

Akutagawa se giró a ver a su víctima que seguía con vida, le disparó antes de tomar la mano del albino y dar comienzo a su cita.

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