El deseo que nos une

2.3K 64 7
                                    

*Quiero destacar que en esta novela, Abraham tendrá una edad más elevada*

He querido follarlo desde que cumplí diecisiete. O más bien, he querido que me folle desde que cumplí diecisiete. Sin embargo, me interesé en él mucho antes, supongo... en realidad fue en el momento en que aprendí sobre sexo y todas las cosas estupendas que podía hacer con mi coño. Como tener una polla empujando en él. O dedos. O un consolador. Siempre he encontrado maneras creativas de saciar mi curiosidad lasciva. Y ahora, a los dieciocho, todavía quiero hacer cosas indecentes con Abraham Mateo, mi necesidad volviéndose más fuerte cada vez que él se pasa por mi casa.

Abraham es el mejor amigo de mi padre y un compañero del ejército de hace mucho. Mi papá dimitió a su nombramiento hace años, pero Abraham había permanecido, haciendo toda la cosa de comando especial. Es todo un macho, como pintura de cara negra y andando a hurtadillas en medio de la noche para matar a tipos malos. Es capaz de sobrevivir únicamente a base de césped e insectos, o algo así. No es guapo para los estándares de hoy... no es un hombre larguirucho en vaqueros ajustados y toda esa cosa andrógina de ahora. Es varonil y simplemente hay algo en él que me hace humedecer cada vez que está a un brazo de distancia, causando que mi cuerpo tiemble con necesitad.

Quizás es su cuerpo musculoso y tonificado, sus ojos fundidores de alma, o su enorme polla (la que fácilmente puedo reconocer cuando viste su traje de deporte). De cualquier manera, quiero saltar sobre sus huesos. De verdad. Por supuesto Abraham no está interesado en mí. O al menos pretende que no lo está. Para él, solo soy la niñita de su mejor amigo. Aunque en los últimos cuatro años he crecido de una figura plana a una mujer joven, plenamente desarrollada.

Tengo un par de pechos firmes de copa D que adoro acariciar y toquetear cuando me masturbo, y un culo bien formado que todas mis amigas envidian. Los chicos siempre quieren agarrar mi trasero, y los pervertidos más viejos no pueden quitar su mirada de él cuando camino cerca. No soy una zorra, pero me gusta tentar.

De acuerdo, quizás eso me empuja más cerca a ser un poco zorra, pero soy muy selectiva sobre con quién duermo. No follo a perdedores y siempre he estado interesada en hombres mayores. ¿Qué puedo decir? Son más experimentados en la cama. Hay más en el sexo que sólo clavar tu polla en un agujero húmedo y empujarla adentro y afuera. Ellos saben cómo comer a una mujer apropiadamente, cómo hacer que una ronda de sexo dure hasta bien entrada la noche. A diferencia de algunos chicos que he follado. Unos cuantos empujones y se vienen sobre mí. Ugh. Y Abraham, el objeto de mi deseo, es el único que parece que no puedo atraer para jugar al trencito dentro de mis bragas.

Pero eso no me detiene de quererlo. Abraham se divorció hace un par de años. El chisme es que su esposa lo dejó porque no podía soportar estar sola todo el tiempo. Lo que es pura mierda. Abraham con frecuencia se ha desplegado a diferentes países en el momento de notificación, pero nunca había dejado a su esposa por más que unos meses. Escuché rumores de que Ana Mena, su esposa, lo engañaba todo el tiempo. La gente habla. Atrapé a mi mamá parloteando a sus amigas por teléfono sobre la manera en que Ana follaría a cualquier cosa que tuviera una polla. Desde el chico del correo, hasta el sórdido dueño del bar "Help! Retro Bar " y hasta una stripper con un arnés.

No podía entender qué clase de mujer podría querer divorciarse de un hombre como Abraham. Una perra estúpida, aparentemente. Me había alegrado en secreto cuando escuché la noticia que Ana había recibido a Abraham con los papeles del divorcio. Eso me había dado el empujón que necesitaba para seducirlo. No sabía cómo ni cuándo, pero sabía que algún día él sería mío. Por el último par de meses, le he enviado señales. Papá siempre lo invita a cenar cada domingo si está en el país, o cuando mi papá y sus amigos juegan póker. Abraham siempre hace lo mejor para ignorarme, pero el hombre está solo. Lo sé. Puedo verlo en sus ojos, carcomiéndolo. Sin embargo, su polla parece estar peleando con su cerebro siempre que dejo caer mis insinuaciones. Retorciéndose y llenándose cuando me inclino demasiado cerca.

Dirty secret (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora