Mi padre hoy anunció que nos iríamos.
Quisiera decirles que fuí fuerte o que extremadamente inundé la iglesia con mis lágrimas. La verdadera verdad es que sí, si salieron mis lágrimas pero a mi parecer las normales. Se acercó el chico de los ayuelos bonitos y me dió un abrazo.
- Si tú papá nos ve, va a matarme. (Soltó)
-No importa, ya nos vamos no puede hacerte nada ( respondí)La verdad quería que ese abrazo durara, ¿cuánto? No lo sé. Sólo quería sentirlo cerca; dejé de abrazarlo y el secó las pocas lágrimas que me habían salido, lo cierto es que aún tengo un mes, un mes... ¡Dios, no sé si sabré aprovecharlo!
Me caigo mal, porque el me cae mal pero me gusta y esa no es una combinación agradable.Hoy una amiga llamada Naomi me hizo una pregunta que muchos no podemos contestarnolas
-¿Algunas personas han valido la pena?-
Al grado de vida que cursas, ¿La puedes responder? ¿ Estas satisfecho con tu resultado? ¿ Continuaras con las personas que no lo valen? ¿ Por qué no?
Y no. No es un Test, un cuestionario psicológico. Sólo que estoy completamente que sí, han valido la pena las personas que conocí en este pequeño lugar. Los cambios siempre seran para nuestro bien, pero no siempre lo reconoceremos ya que nos duele dejar aquello que apreciamos, que queremos , que amamos.
No quiero irme por varios motivos, uno de ellos es "Miedo" ¿A qué?
Al olvido.
Porque querramos o no, esa persona que crees que no se olvidará de tí, lo hará. Y no me refiero a que olvide tu nombre o que algún día formaste parte de su vida. Si no a que, pronto esa persona no pensará en tu bienestar si no ,en el de ella misma.¿Quién pierde más?
Ellos o mi familia.
Ellos No. Porqué sólo pierden a una familia, a un pedacito de su círculo, de sus pensamientos, de su sentir, unas contadas personas. Eso no quita que no sientan nuestra partida , que no nos hayan apreciado como nosotros a ellos pero esa es la verdad.
Mi Familia, Nosotros perdemos a muchas familias, a muchas personas, a muchos pensamientos, a muchos amigos porque la mayoría si dejará de hablarnos, de sintonizarnos, de estar al pendiente de nosotros. Y no los culpo.
Porque ellos no recordaran lo que vivímos, porque recordar es volver a vivir.