One Shot [KiraxReader]: Camino a casa

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Vas camino a casa, perdida en tus pensamientos. Acabas de salir del trabajo, y te encuentras algo cansada. Quieres llegar a casa pronto para poder cenar y dormir hasta la mañana siguiente, cuando tendrías que levantarte para volver a ir al trabajo. La maldita rutina de siempre.

Desearías tener más tiempo para ti misma, para poder salir con tus amistades, para visitar a tu familia, para jugar con tus mascotas... Pero la vida adulta trae consigo tantas responsabilidades que nunca queda tiempo para vivir la vida a pleno.

Y otra vez tu jefe, un desagradable patán, te ha acosado en el trabajo. Ese imbésil piensa que te dejarás manosear si con eso te aseguras un ascenso. Pero tú sabes que no es así, tienes tu orgullo y tu integridad intactos, y prefieres ganarte las cosas por tí misma antes que entregar tu cuerpo al estúpido jefe.

-Debería dejar ese trabajo...- murmuras.

Pero sabes que esa no es una opción. No es fácil conseguir empleo nuevo, y teniendo en cuenta que tú te costeas tus propios gastos (incluido el alquiler), temes arriesgarte a renunciar.

Y ahora, mientras el atardecer cae sobre Morioh, tú caminas devuelta a casa.

Un auto pasa a tu lado, y notas que se detiene. Apresuras el paso, sin desviar la mirada del frente. El auto acelera y vuelve a situarse a tu lado. Empiezas a ponerte nerviosa. El auto toca bocina.

Juntando valor, te detienes y encaras hacia el auto. Sabes que es una locura, pero no estás pensando claramente en ese momento. Al llegar hasta el auto (que al parecer es uno bastante caro), la ventanilla del lado del conductor se baja.

-Oye, sube al auto- te dice quien maneja. Se trata de un hombre joven, de ojos grises y cabello rubio.

Su tono no es amenazante, pero te das cuenta de que ese tipo está muy serio.

-Señor, deje de seguirme. Y no, no subiré a su auto- espetas, con tono irritado.

-Señorita, no es una pregunta. Suba al auto- insiste él.

Vas a protestar, pero en ese momento notas que el desconocido no te está mirando, si no que su vista se encuentra perdida más allá de ti. Él está mirando por sobre tu hombro.

Volteas la cabeza con disimulo, sólo para descubrir a un sujeto encapuchado, oculto entre las sombras de un callejón. El pánico comienza a invadirte, sin dudas aquel tipo no tiene nada bueno en mente.

-Vamos, sube al auto- repite una vez más el rubio del traje y auto lujosos.

Sin pensarlo dos veces, rodeas el auto y te subes en el lado del acompañante. El conductor arranca y ambos se marchan de allí.

-Lamento haber sido tan brusco. Ese sujeto lleva siguiéndote por al menos tres o cuatro cuadras. Seguramente estaba esperando para atraparte en aquel callejón dónde lo viste- te explica el sujeto.

-Wah, muchas gracias- dices, aferrándote a tu pecho para calmarte -. Disculpa por haber sido tan grosera contigo...

El hombre sonríe un poco y aminora la marcha del auto.

-Por cierto, mi nombre es Yoshikage Kira- se presenta, extendiéndote su mano izquierda.

Con cierta vergüenza le tomas la mano. Sueles mantener tu mano izquierda guardada y oculta, debido a una fea cicatriz que tienes allí. No acostumbras a saludar con aquella mano, pero harás una excepción para no ser descortés ante el hombre que acaba de salvarte la vida.

-Oh... Yo soy _____- dices, estrechando su mano.

Él observa con curiosidad, y palpa la cicatriz con cuidado. Sientes que su mano es muy suave.

-E... esa cicatriz se debe a que me quemé de pequeña...- explicas, nerviosa.

-Mh, ya veo- dice él -. No te preocupes, no está tan mal. Apenas se nota- te asegura, soltándote para volver a aferrar el volante.

Te sientes aliviada. Siempre te sentiste acomplejada por esa enorme cicatriz, pero ahora pensabas que quizás no fuera tan terrible como imaginaste.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?- pregunta Kira al fin y al cabo.

-No, no quiero abusar de tu amabilidad. Ya has hecho suficiente...

-No es molestia. Sólo dime dónde es.

Le diste tu dirección, sorprendida de que aún queden caballeros en el mundo. Cuando llegaron a tu casa, lo invitaste a pasar para tomar un café, pero él se negó, acotando que tenía un compromiso al que asistir.

Después de la despedida, entraste a casa, sintiendo mariposas en el estómago. Te preguntaste si volverías a ver a aquel sujeto, y sinceramente deseaste que así fuera.

Nunca supiste que en realidad la cicatriz en tu mano te había salvado la vida. Al fin y al cabo, Yoshikague Kira sólo busca manos perfectas...

¡One Shots JoJo's Biz!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora