Escena Dos.

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[...]

Estoy en clases,
el profesor aun no ha hecho su aparición
pero mi amigo sigue
analizándome con su mirada escrutadora tratando de
mantener la compostura.

¿Vas a decirme porque tienes una venda en tu frente? Y no te atrevas a decirme que es la nueva moda, ¡Y no trates de ocultarlo con tu bandana!

Empiezo a dibujar
rostros deformes en la tapa de mi cuaderno
y tienen algo de parecido a mí
y a la vida.

Fue un accidente.
Un sujeto estaba jugando con otro a tirarse cosas y una de ellas me cayó en la cabeza.

Jimin arruga el rostro,
como si fuese a él quien le hubiera llegado el golpe
y gruñe más para sí mismo que para mí.

Sé que está enojado
aunque ya no sé con quién.

¿Y por qué no me avisaste?

Me encojo de hombros y en parte, decido decirle la verdad.

Porque alguien ya me estaba ayudando. No fue tan grave...

Me fulmina con la mirada,
con temor mezclado con disgusto
y me empuja con su mano
no demasiado fuerte,
pero si lo suficiente como para sacarme un quejido.

No vuelvas a hacerlo.
¿Qué hago si te pasa algo más grave y no lo sé?
No vuelvas a ser tan estúpido nunca más o ya no seremos amigos.

Me amenaza con esa mirada seria
que me hace darme cuenta
que habla en serio,
que no bromea como
solemos hacerlo.

Desvía el rostro aun enfurruñado y puedo ver una marca de colores violetas en su cuello.

Pero por lo menos uno de los dos tuvo una noche genial.

Su rostro enrojece
y vuelve a sacarme
otro quejido a base de un empujón
y sé que evita sonreír aunque mi risa se le contagía
porque ese ameno de mueca
me hace darme cuenta que no está
tan enojado como creí.

Cállate de una vez, eres un idiota.

Y por su expresión me doy cuenta
que en realidad
no me arrepiento de nada.

[...]

Taehyung

¿Vas a comerte esas papas?

Me pregunta sentado frente a mí, mirándome con una sonrisa encantadora y risueña,
sacando de mi bandeja las últimas papas fritas que me quedan antes de siquiera decir yo alguna palabra.

¡Hyung, esas son mis papas!

Refunfuño y él se ríe divertido
con esa risa
maliciosa y estruendosa. 

Acabo de invitarle a comer pollos de BBQ,
pero sorpresivamente
me arrastró hacia un McDonald's
y se pidió una cajita feliz
con extra de papas fritas.

No podía creerlo,
porque él luce como
la clase de chico que sólo va a
bares o a cafeterías,
no a comer hamburguesas
donde suelo venir con Jimin
los fin de semana
en el que queremos comer hasta reventar
en algún lugar
lejos de casa.

Y O U T H [ HOPEV ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora