~Hide it~Ed Sheeran

The unknown it.

Edward se preguntaba qué hacia ahí en medio de la oscuridad, dio un par de pasos adormilados al frente intentando tantear aquí y allí, en un estado tan anestesiado que apenas percibía la suave brisa que lo cubría... De pronto, cortando el silencio con dificultad, una voz clamó llamándolo; comenzó como un susurro inarticulado a la distancia, el cual fue intensificándose a medida que se alejaba. Esa voz lo despabiló rápidamente, enfocó su vista a través de la oscuridad buscando a la dueña de esa voz, sin importar que aún forzando a sus ojos sólo pudiera ver a un metro de distancia de donde se encontraba parado.

Ella gritaba su nombre, ella lo necesitaba, ¡tenía que llegar a ella!

¿Qué dirección tomar? Cerró los ojos un momento, y al escuchar un gemido de dolor lo comprendió. Corrió hacia esa dirección, gotas de sudor comenzaron a caer por su frente y cuello; el sonido fue aclarándose a medida que se acercaba y aún con todo no conseguía divisarla...

Continuó avanzando hasta que un punto blanco a lo lejos atrajo su mirada, un puntito que se alejaba amenazando con desaparecer de nuevo.

¿Era ella? ¿Le seguía buscando?

El sonido paró repentinamente provocando que su alma se congelara y por inercia que sus piernas dejaran de responder, al no poder moverse hizo lo único que creyó ayudaría: gritó.

-¡¡¡¡Heeeeeeyyyyyy!!!!

Pero ella no podía oírlo, como impulsado por algo desconocido logro seguir adelante, corrió superando sus capacidades en un arranque de adrenalina; entonces, a medida que se acercaba notó que ella usaba un vestido blanco y que era succionada por un agujero, incluso parecía como si fuera llevada por una mano que se negaba a liberarla. Iba a salvarla, en su intento atravesó el ahora feroz viento casi tocándola, pero no lo logró: ella continuaba alejándose.

Gracias a ese casi toque y al sentirlo cerca ella consiguió volver en sí, y gritó lo más fuerte que pudo, era él, lo sabía; Edward vino a ella, también comenzó a luchar para liberarse de aquella invisible fuerza e ir a él. La atracción hacia aquel agujero aumentaba, y aunque le afectaba a ella, sorpresivamente no lo hacía con Edward.

Él intentaba tomar la mano de aquella chica, acción que se tornaba a momentos imposible porque ella se alejaba más, sin embargo, se mantuvo avanzando a través de la oscuridad... y lo hizo, consiguió tomar su mano y atraerla hacia sí. Sus pechos chocaron con un suave eco, los brazos de Edward la sostuvieron con aplomo peleando con aquella fuerza que persistía en su intento por alejarla de él; mientras tanto ella se aseguraba a él con brazos y piernas en un llanto silencioso, sintiendo cómo se aferraba al último aliento que temió, la mantenía unida a la vida.

Edward se despertó sudoroso a las 4:00 am en su cama, con la respiración agitada, abrazándose fuertemente a sí mismo.

Sin comprender qué hacía o por qué lo hacía se levantó de la cama y salió a la terraza. Una vez afuera, el sudor se tornó frio y nubes comenzaron a acumularse en el cielo cubriendo por completo su casa; como hipnotizado por el centro de aquella enorme masa de nubes observó el centro de la misma y se percató de un pequeño círculo abriéndose lentamente entre las nubes justo encima de él.

Como si se tratara de un sueño, algo se aproximó cayendo en picada hacía él, pensó en moverse pero sus músculos en conjunto con su alma lo retuvieron allí. En cuanto estuvo lo suficientemente cerca, notó quién era ella y le aterró el ver que parecía muerta.

Irremediablemente abrió sus brazos para atraparla, el impacto fue duro y lo hizo caer con ella a un lado, volvió a tomarla en sus brazos con más delicadeza, aún sin una idea de qué hacer. La observó con detenimiento, ella lucia lastimada, tenía cortes y moretones por todo el cuerpo, la mayoría de ellos concentrados en el costado derecho de su cuerpo y, pese a todo, el vestido blanco estaba intacto...

Sólo con los bóxers puestos, lleno de un impulso intenso y desconocido la atrajo aún más cerca, y en el segundo en que la pegó a su pecho dejó de sentir el viento helado a su alrededor.

Las nubes desaparecieron y el sol comenzó a mostrarse; los primeros rayos del sol llegaron a ellos cuando miró a la chica que creyó muerta abrir los ojos y sonreír mientras levantaba tímidamente su mano y le tomaba su mejilla para, al verlo sonreír de regreso, caer de nuevo en un profundo sueño.