Capítulo 1

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El sonido de la alarma comenzó a sonar, cosa que me despertó, pero no abrí mis ojos, dejé que sonara hasta que sola se apague, y eso pasó. Me moví lentamente en la cama, mis ojos seguían cerrados, y sentí como uno brazos me abrazaban por la cintura, abrí mis ojos por el roce y sentí su respiración en mi cuello, me moví para verlo y ahí estaba el, con el rostro relajado, sus ojos entrecerrados, y sus labios medio abiertos, aun estaba enamorada de aquel hombre que dormía conmigo todos los días. Le toque la nariz con la punta de mis dedos, luego los ojos,  y poco a poco fue despertándose, hasta abrir por completo esos ojos cafés tan hermosos.

-Buenos días mi amor- me dijo mientras tocaba mi rostro.

-Buenos días- respondí.

-Hay que trabajar- dijo mientras se paraba de la cama y se aproximaba al baño.

-Iré a levantar a Ben hasta mientras- salí de la habitación.

Caminé por el corredor del segundo piso de mi casa y entré en la única habitacion de puerta azul de la casa, el dormitorio de mi hijo de nuevo años, Benjamin, el es mi adoración, mi único hijo.

-Ben, mi cielo, arriba, tienes que ir a la escuela- tocaba su pierna mientras le hablaba -Vamos Ben, arriba, se te hace tarde.

-Emm ya mami- me dijo mientras tocaba mi mano.

-Vístete y baja para desayunar mi cielo- le dije mientras salía de la habitación.

Regresé a mi dormitorio y mi esposo ya estaba bañado, me metí al baño y me duché como todas las mañanas, salí y Eduardo tenía puesto ya su ropa, solo le faltaba la corbata.

-Verte así me hace dar ganas de sacarme la ropa de nuevo- me dijo mientras tocaba mi espalda.

-Pues llegaríamos tarde a trabajar, pero en la noche te lo recompesaré amor- le dije mientras me giraba y le colocaba la corbata.

-Espero con ansias la noche entonces- me dijo mientras me robaba un beso y salía de la habitación.

Me terminé de secar y me puse un vestido azul marino ceñido al cuerpo que terminaba debajo de la rodilla, me puse unos tacones negros, me maquillé y me recogí el cabello en una coleta alta, toda mi ropa resaltaba mi piel blanca, justo como le gustaba a Eduardo.

Salí de la habitación ya lista y bajé las escaleras, la señora Rosa ya tenía el desayuno servido, y mis hombres favoritos ya estaba devorando todo lo que tenían en frente.
Puedo decir que tenia una posición alta, mi casa era considerablemente grande, tenia empleadas y un buen trabajo, todo lo conseguí con esfuerzo, y estaba orgullosa de todo lo que tenía, y como no, si mi esposo fue el encargado de diseñar la casa a mi gusto y así ordenó que la construyeran, el ahora es uno de los mejores arquitectos que puede haber en esta ciudad, si no es por decir del país.

Me senté y comí junto a mi amorosa familia, conversábamos de temas varios, hasta que terminamos todo y salinos cada quien al lugar de rutina, Benjamin a la escuela, Eduardo a su trabajo y yo al mio, que justamente era en el mismo lugar de mi esposo, hacemos todo juntos, hasta trabajar.

Llegué al piso 23 que es donde queda mi despacho, y donde estan los que se encargan de la contabilidad de la empresa, yo soy economista y jefe de los que estamos en ese piso, mi marido está  en el 25, ahí estan los arquitectos e ingenieros, y todo lo que tiene que ver con construcción, es una empresa del gobierno situada en el edifico más alto de la ciudad de Guayaquil, The Point, era el nombre del edificio. Llevo ya 5 años trabajando para la empresa y me esposo lleva 7 años aproximadamente.

Estaba en la computadora cuando Erick, el vicepresidente ejecutivo ingresó a mi oficina, como siempre, sin tocar y con una sonrisa de triunfador que lo caracteriza.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2017 ⏰

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