Epílogo

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Así fue que me enteré que aunque yo no había aprendido a hacer las palomitas de papel que hacía mi papá, aunque haya intentado enseñarme muchas veces; Teo si lo había hecho.

Y así fue también como la ternura y la inocencia de mi hermanito menor me había ayudado tanto.

Me había dado esperanza, me había hecho volver a sonreír, me había ayudado a salir a los recreos primero y por todo el pueblo después, me había quitado del medio a las personas que me habían dañado y probablemente me siguiesen dañando.

Teo además me había dado una oportunidad con Cooper, que no pienso desaprovechar.

Todo gracias a una palomita de papel.

Así que ya lo saben, si encuentran alguna: no duden en desarmarla para ver si dentro contiene algo más.

Y, por supuesto, tampoco duden en hacer una ustedes mismos con una frase que pueda inspirar a otra persona. Pueden dejarlas en colectivos, trenes, en plena calle, en donde se les ocurra. Siempre habrá alguien que las necesite.

¿Quién sabe? Quizá estén ayudando a un desconocido a tener un poco de esperanza.

¿Quién sabe? Quizá un desconocido pueda devolverles a ustedes las ganas de sonreír cuando les parezca que todo se cae en picada.

Palomitas De PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora