06:30 a.m.
El fuerte sonido de la alarma, como cada mañana, obligaba a despertarme. Con pereza me levante de mi pequeña cama para ir al baño que se situaba al frente de mi habitación.
Primero lave mi cara con la fria agua del grifo, cepille mis dientes y por fin observe mi rostro reflejado en el espejo de tamaño medio del baño.
Mi blanca piel se veía pálida, en si lo era, pero desde hace hace una semana que habia adquirido un pálido enfermizo, oscuras y resaltantes ojeras estaban presentes bajo mis ojos, demostrando mi falta de sueño y mis labios estaban secos y agrietados.
El como me veia siempre me había importado poco pero esta mañana tenía la apariencia de un zombie, suspire con fastidio. Pocas habian sido las veces en las que me habia colocado aunque sea un poco de maquillaje, núnca me gusto ni siquiera me llama la atención y a mis quince años a las pocas fiestas que asistí no necesite del maquillaje, ni siquiera un poco de delineador.
Solo aplique un poco de base bajo mis ojos, lo suficiente para que las sombras negras no sean tan notables. Con un bostezo entre a mi habitación.
Del mediano armario al lado de mi cama, saqué unos pantalones holgados, una blusa sencilla de cuello alto, me coloque mis tenis color beige y finalmente un sencillo abrigo largo junto a un bolso, donde solo puse mi celular y un libro.
-¡Mamá!.- llame ya entrando a la pequeña sala, lista para irme.
-Buenos dias hija.- me sonrió saliendo de su habitación a un lado de la mia.
-Buenos dias mamá, démonos prisa sino llegaremos tarde.- le devolvi una pequeña sonrisa.-¿Donde esta Sarah?.
-Anoche se quedo en la casa de una amiga y Alexander se fue con tu padre.- respondio.
-Ya veo, vámonos.
A paso tranquilo salimos del pequeño departamento. Vivimos en el segundo piso de un viejo edificio, ubicado en una zona de "mala muerte" y si, no era un lugar precisamente seguro o en algún aspecto un lugar decente.
Era bastante sencilla, los pocos edificios que habia no tenian más de diez pisos y eran de colores apagados. En las calles solo se ven pocas tiendas, con suerte contaba con una escuela donde se hacia el preescolar, primaria y secundaria, en el centro de la avenida un supermercado y solo una plaza que contaba con un pequeño parque.
Como es habitual esperamos en la parada de autobús, hasta que este vino. Conforme avanzamos el escenario cambia completamente, donde vivia no era nada en comparación con esto.
Muchos y grandes edificios de diferentes tamaños se ubicaban en diferentes sitios, centros comerciales, supermercados y bonitas casas era lo que podía observar siempre. Después de veinte minutos llegamos a un gran restaurante muy conocido en la ciudad, principalmente por su deliciosa comida y la elegancia.
Mi madre es la repostera y yo una mesera de medio tiempo, al ser casí vacio por las mañanas es un buen trabajo para mi. Después del almuerzo con mi madre en el restaurante junto a los demás empleados, fuí a mi segundo empleo, que es en una cafetería muy colorida.
Como me gusta estar ahí, trabajo hasta las nueve de la noche. A pesar de que la cafetería estuviera lejos incluso del restaurante, no me molestaba tener que caminar hasta mi casa; aún si me toma como dos horas llegar.
Caminar sola por las oscuras calles en la soledad de la noche, era mi parte favorita del día. Afortunadamente gracias a todo mi esfuerzo y dedicación a lo largo de mi infancia hasta ahora, he logrado salir del colegio a mis recién cumplidos quince años, muchos dijeron que era muy pronto y no estaban de acuerdo, pero lo logré gracias a toda la ayuda que recibí.
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Sueño Realizado
Romance¿Unas "simples" palabras pueden ser el detonante de tomar una decisión completamente loca? ¿En verdad pude llegar a tanto? Mi vida era la de una chica normal, siempre tenia la misma rutina todos los días. Desde pequeña deseaba que mi vida tuviera...