Era un caos. Justo en frente del autobus, una cantidad variada de personas saltaban y gritaban, sorprendidos y exaltados.
Y es que, cómo no estarlo. Si Kageyama, el amargado y frío Kageyama Tobio, había besado a Hinata Shoyo en los labios, sin siquiera una pizca de pudor o miedo.
Estaban, como la mayoría de los años, yendo a el campamento de entrenamiento de vóley en la institución Nekoma. Como normalmente lo hacían, habían tomado asiento en parejas, y ése particular dúo había decidido compartir el espacio personal que, por lo menos, Kageyama honraba y respetaba.
Era normal, si no se tomaba en cuenta las veces que los de atrás, los cuales resultaban ser Ennoshita y Tanaka, veían sus dedos meñiques entrelazándose, o cómo repentinamente el ceño fruncido del pelinegro se relajaba cuando Shoyo se recostaba contra su hombro.
Luego de una larga jornada arriba de el transporte contratado por Takeda, Nishinoya despertó a cada uno con ayuda de Yachi, y con rapidez salieron todos por la puerta. Al estar afuera, admiraron un poco el paisaje, los nuevos se sacaron varias fotos y los más antiguos en el club fueron a saludar caras conocidas.
Los -ahora- pertenecientes a segundo año ayudaron a bajar varias cosas con la mánager, empujándose y animándose a los muchos partidos por los cuales iban a jugar.-¡Hey, tsukki! ¿Quieres is a dar una vuelta por el instituto mientras no tengamos que presentarnos? -sugirió Yamaguchi con una sonrisa tímida, marcando sus pecas con su sonrojo leve. Kei había agarrado su bolso con lo necesario y el de su companion, y al momento en el que estaba por responder, sus oídos escucharon una petición.
-¡Kageyama, dame suerte!
Tsukkishima habría querido seguir su camino, no sin antes susurrar -bastante fuerte - un "patético" con su chasquido natural de lengua, pero en el segundo que iba a girarse, Tobio ya había tomado con sus manos las mejillas de Shoyo y había unido sus labios suavemente, en un roce tan inocente y tímido que podría haberse confundido por solo un acercamiento.
Kei notó que no era el único observando la escena, pero sí era el más sereno.
-¿¡Hinata!?¿¡Kageyama!?- había gritado el más bajo del equipo, y detrás suyo Tanaka respiraba fuertemente. Yachi había cubierto sus labios y Yamaguchi soltaba una risa bonita en su espalda, con un sonrojo fuerte inundando sus mejillas.
Kageyama se separó de Hinata, y, luego de decir cosas como "haremos el ataque rápido, ¿¡verdad, Kageyama?! o "lleva eso para allá, idiota." la pareja desapareció, con cada integrante de ella yendo hacia el lado contrario al otro.
Tomó unos segundos para que alguien siquiera reaccionase, pero cuando lo hicieron, fue para que el más viejo de todos gritase "¿qué demonios fue eso?"
Luego, el único testigo de la locura que sucedió y la confusión que emanó fue el medio de transporte que estaba allí.
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Al final del día, cuando se estaban por acostar, tan afligidos y cansados que ni siquiera podrían lavarse los dientes propiamente, Kageyama dejó un beso pastoso en el cabello de Shoyo, y luego se acostó, dejando claramente un espacio.
Ennoshita había que tenido que usar cinta para callar las preguntas y gritos que surgieron esa noche.
jackpot-
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Besos de buena suerte |Kagehina os|
FanfictionKageyama transmite la buena suerte a Hinata de una manera en la que el equipo no se lo espera.