Parte II

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Seguí el ratro hasta la entrada de la habitación de Charlie. La puerta estaba cerrada. Cogí el pomo, lo giré y lentamente abrí la puerta haciendo que esta chillara angustiosamente.
La habitacion estaba en pleno caos, las estanterías estaban tiradas, todos los cajones volcados, libros esparcidos por el suelo y todas la fotografían que estaban colgadas en la pared, se encontraban en el suelo, rotas y bocabajo. Parecia que alguien hubiese entrado en el cuarto buscando algo que no encontró
Bajé rapidamente ya que habian tocado al timbre, debia ser Elise.
Abrí la puerta y una mujer un poco encorvada, con el pelo blanco debido al paso de los años y unas cuantas arrugas en los ojos y en las comisuras de los labios entro en casa.

-Hola, soy Elise-Dijo dedicandome una cálida sonrisa.
-Buenas tardes-Dijo mi marido tendiendole la mano.-Sientense.
Venía acompañada de dos hombres corpulentos que cargaban con mochilas y bolsas de tela.
Fuimos a la sala de estar y nos sentamos en los sillones que había.
-Bien-Comenzó diciendo Elise-Me han llamado porque han sentido la presencia de algo o alguien en la casa, alguien no materializado. ¿Podrían explicarme con detalle que ha sucedido?

Tomé la palabra y comenzé a explicarle minuciosamente todo lo que había pasado, las puertas que se habrían, los portados a medianoche, los temblores...
Tambien le conté el sueño que tuve y lo que ví en el, y por último el líquido biscoso que había en las escaleras. Giró sobre si misma con dificultad en direccion a la escalera. Lentamente se levantó del sillón y caminó en direccion del rastro serpentante.
-Philip-Llamó Elise al principió de la escalera mientras estudiaba la casa-trae el equipo.
Elise entró en la caótica habitacion mientras yo daba vueltas en la sala de estar ansiosamente. Tras unos minutos, Elise bajo con Philip y un cuaderno en la mano.
-Hemos instalado unas cámaras con luz ultravioleta y un sensor de movimiento, si hay algun espiritu o algun demonio, lo captará y hechará una foto.-Dijo nerviosamente Philip.
-Esta casa esta plagada de espiritus, pero eso no es lo que me preocupa. Lo que me preocupa es esto.-Dijo mostrandonos el cuaderno en el que estaba esbozado un pequeño boceto. Era una mujer con la cabeza ovalada, cuchillos por manos y una cola de serpiente.-Es un demonio mayor, se llama Valak, Presidenta Del Infierno, normalmente, este tipo de entes se adhieren a una persona, sin embargo, este se unido a toda la familia. Pero no se preocupen, es posible eliminarlo.-Finalizó Elise.

Mi marido y yo asentimos. Elise y sus acompañantes comenzaron a sacar cámaras y cables y muchas velas. En unos minutos me encontré sentada en la mesa del comedor junto a Josh, Elise, Philip y Michell el segundo acompañante de Elise, este estaba registrando todo lo que pasaba con una cámara y con una pequeña grabadora de voz. La sala estaba en penumbra, la única fuente de luz que había eran unas cuantas velas y los pilotos de los interruptores.
-Karen-Dijo dirigiendose a mi- tienes que abandonar tu cuerpo y sumergirte en el mundo espiritual, encontrar a Valak y enviarla al inframundo. Pero has de tener cuidado y no alejarte mucho de tu cuerpo real ya que serás mas vulnerable. Si permaneces cerca, serás mas fuerte, estas viva, sin embargo, si te alejas demasiado, ella te podría matar.
Puso un metrónomo sobre la mesa y comenzó a moverse marcando un ritmo lento y pausado. Cerré los ojos mientras Elise me daba indicaciones.

El escenario cambió, me encontraba en la casa, pero estaba fuera de mi cuerpo y aun escuchaba la voz de Elise.
Al final del pasillo, la ví, Valak, estaba más materializaba que nunca, casi podía tocarla. Me miró y giró hacia las escaleras de metal que conducían al sótano y al cuarto de la caldera. Inconscientemente la seguí, me llevó hasta el sótano. En un primer momento no entendí porque me llevaba allí, pero me dí cuenta de que me había alejado mucho de mi cuerpo, ya no escuchaba la voz de Elise y me sentía más débil que antes.

Cuando quise correr la puerta se cerró dejandome encerrada en el sótano. La miré, pensé que podía matarla pero no fue así. De un empujón me estampó contra la vitrina haciendo añicos los cristales y cayendo sobre ellos. Me levante y intente arremeter contra ella pero me cogió del cuello y me lanzó a una columna haciendome una herida en la cabeza. Me encontraba tan mareada que no tenía fuerzas ni para levantarme intenté pronunciar unas palabras mientras sacaba una cruz para mandarla al inframundo, pero lanzó la cruz por la ventana haciendo saltar cristales que se incaron en mis brazos desnudos y cayendo en el suelo de el patio delantero.

La miré a los ojos, esos ojos inertes que no decian nada pero que ansiaban la muerte a toda costa. Aguante la respiración durante lo que parecieron horas mientras ella se acercaba serpenteante y expiré.

VALAKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora