Capítulo 1: Primer día de trabajo.

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Madison Pérez en multimedia

Caminaba hacia el único manicomio que se encontraba en la pequeña ciudad. Estaba ansiosa, demasiado diría ella. Su primer día y estaba llegando tarde.

Solo una cuadra, tan solo eso le quedaba, miró su reloj de mano, eran 18:40 y tenía que haber llegado hacía exactamente diez minutos.

Apenas pasó por la puerta de ese pequeño pero conocido manicomio se encontró frente a frente con su nueva jefa. Le dijo varias cosas, entre ellas que no debía llegar tarde a un trabajo tan importante como este, y que si quería seguir allí debería ser más organizada y puntual, esos comentarios no le agradaban pero debía seguir todas sus indicaciones si no quería terminar despedida.

Tenía ganas de partirle la cara a su jefa, pero 1 esa señora tenía razón, 2 no podía faltarle el respeto, y 3 no era ese tipo de persona que adoran arreglar todo a los golpes. Sus padres le habían enseñado desde muy pequeña a ser educada y buena persona, así que pidiendole disculpas con toda la paciencia del mundo, fue directo a lo que sería su nueva oficina.

El ambiente era tan diferente a cualquier otro trabajo, o al menos era ella la que sentía ese revoltijo de sensaciones. Estaba más que nerviosa, su día en el nuevo trabajo ya había comenzado mal. Se sentó en un sillón, esta tarde estaba siendo bastante agotadora a pesar de no haber hecho nada.

La puerta se abrió y una señora de pequeña estatura pasó por ella, Madison se incorporó y se acercó. La mujer se dió vuelta y se presentó amable.

- Buenas tardes, usted debe ser Madison. Soy su secretaria, un gusto.

- El gusto es mío - Se dieron la mano. - ¿Como te llamas?

- Soy Blanca Demitchelli y estoy para ayudarte en lo que necesites. Iré a buscar un café para ti, se nota que estas cansada. - Sonrió en forma de despedida mientras dejaba unos papeles y salía de ahí.

Vio los minutos pasar en el reloj mientras terminaba el café y anotaba algunas cosas. Se oyó un teléfono sonar, era el que estaba posado en su escritorio.

Atendió.

- Buenas tardes, habla Madison Yañez - Dijo.

- Hola querida soy Blanca, escucha atentamente. Mañana llega el nuevo paciente y debes encargarte de él...

- ¿Quién es el muchacho? - Interrumpió las palabras de Blanca.

- Si me dejaras terminar...

- Esta bien, sigue.

- Su nombre es Flippy Bears, fue encontrado en un bosque tratando de asesinar a una persona cuya identidad todavía no se sabe. Las tres personas que estaban ahí fueron detenidas junto a él e investigadas y decían conocerlo desde hace tiempo. Dijeron que tiene una personalidad incontrolable, lo cual es bastante notable.

- Uh, comenzamos el trabajo un tanto difícil - Suspiró con una mínima risa.

- Como te dije, mañana será trasladado aquí, así que tu trabajo está por comenzar, en tu escritorio deje algunos papeleos de su información esta tarde, por favor léelos. - Colgó la llamada.

Mañana comenzaría su jornada, ¡Dios!. Ligeramente sus manos comenzaron temblar, ¿Y si le hacía daño? No quería morir el primer día.

Bajé la mirada al escritorio.

- Debo tranquilizarme - Respiré hondo. -, leamos esto. - Tomé los documentos que Blanca había dejado.

Quedé realmente impactada, no podía creer lo que este sujeto había hecho. Dejé las hojas para pensar en otra cosa. Sentía una presión en mi pecho, respire profundo y acomodé mi escritorio.
Al terminar tomé mis cosas y fui al baño. Pasadas dos horas ya tenía que irme, pero seguía demasiado concentrada con la información.

Directamente me dirigí a casa para descansar. Al llegar me recoste en el sillón. Ya no aguantaba el sueño y me dormí.

Un golpe en la puerta hizo que despertara. Me senté en el sillón, eran las 05:34 de la madrugada.

¿Quién podrá ser? dije a mi misma.

Prendí las luces de la cocina y el living para no estar a oscuras.
Llegué a la puerta, la abrí... No había nadie. Demasiado raro y un poco atemorizante. Cerré la puerta y fui esta vez a mi habitación para volver a dormir. Pero un ruido hizo que mirara hacia la ventana. Esos ojos avellana, no podía ser él.

Se notaba su ira y maldad, comencé a maldecir, mas bien a balbucear. Estaba agitada. Me miraba directo a los ojos. Y de un momento a otro desapareció.

- ¡¡¿¿QUÉ??!! - grité, estaba impactada y muy alterada.

Las luces se apagaron. Mi respiración empeoraba cada vez más, estaba demasiado agitada. Sentí un brazo en mi cintura, una navaja en mi cuello y su respiración cerca de mi oído. Largaba gritos inconscientes, que quemaban mi garganta.

- Shh, tranquilizate. - Su voz relajada hacía que sintiera ardor en mi cuerpo.

- ¿¡Qué quieres!? - Con miedo me atreví a desafiar sus palabras.

- ¿Que qué quiero? - Rió. - es muy simple. - Dijo susurrándome. - a tí.

De repente desperté. Todo había sido un maldito sueño.

Miré la hora y faltaban solo 30 minutos para el trabajo. Corrí hacia mi recamara y me vestí. Un simple jean, la camisa que tengo que llevar obligatoriamente con un logo y zapatos negros. Quedaban 15 mimutos. Decidí usar mi auto. Gracias a Dios llegué puntual. Fui a buscar un café y luego directamente a mi oficina.

- Buenos días Maddie - Dijo Blanca.

- Buenos días Blanca.

- Llegas temprano. - Acomodó unos papeleos.

- ¿En serio? Creí que se me estaba haciendo tarde.

- No no, llegaste 5 minutos antes. - Me entregó unos papeles. - aquí tienes unos papeles para llenar, son del paciente que vas a tratar hoy. - Dijo mirandome.

- Bien, muchas gracias, ¿Blanca? - La miré ansiosa.

- ¿Qué pasa?

- ¿A qué hora voy a ver a mi paciente?

- En los palpeleos que te dí tienes toda la información, la hora, y en cuál sala te estará esperando. - Me miró. - pero no te preocupes, un muchacho de seguridad estará con ustedes.

- Gracias. - Suspiré, no aguantaba estos nervios.

- Tranquila Madison, no va a hacerte daño. - Después de hablar un rato más se marchó, ya que la estaban llamando, dejándome sola.

Faltaba sólo media hora, mis manos temblaban por los nervios. - Todo estará bien - Me dije a mi misma.

- ¿Madison? - Blanca abrió la puerta. - faltan 5 minutos para tu cita con Flippy Bears.

- Bien, gracias por avisar, ¿era la sala 27 verdad?

- Exactamente. - Respondió mientras anotaba algo en una libreta. - debo irme. Hasta luego.

- Adiós.

Blanca cerró la puerta y se fue, me paré y fui a la sala, al llegar vi a dos policías en la puerta, entré con más nervios.

Continuara...

Mi sexy paciente || FlippyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora