¿Papá?☆

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Entre las tres decidieron abrir la carta, la primera en leerlo fue Riley quedándose de piedra y preocupándose por como se lo tomarían sus hermanas.

Hayden no se lo tomó tan mal como Riley, ella no odia a su padre por lo que pone en la carta.

Flora al ser la más pequeña fue la última en leer la carta teniendo una reacción parecida a la de Riley.

Entre las tres aunque no muy agradadas la mayor y la pequeña decidieron que lo mejor sería ir a vivir con el señor que es su padre aunque sea un completo desconocido. También decidieron que no le contarían de momento la verdad de quienes son. Además como las tres tienen el pelo azul no hay problema alguno.

Las tres chicas decidieron empacar para irse cuanto antes allí aunque la única emocionada era Hayden.

Tras una larga tarde de empacar las cosas, porque eran muchas, las tres decidieron dormir aunque antes la más mayor compró los billetes para ir a Inazuma Japón y posteriormente a Hokkaido.

- Os prometo que las protegeré - dijo la mayor de las tres chicas en su habitación para después quedarse dormida al igual que sus hermanas

Ya era por la mañana y la luz del Sol despertó a la vez a las tres trillizas. La más pequeña de las tres se quedó en la cama, la mediana se calló de la cama por hacer la croqueta en ella y la mayor se levantó de una forma normal.

Mientras que Riley hacía el desayuno Hayden fue a despertar otra vez a Flora que se había vuelto a dormir. Riley no estaba contenta con ir con ese hombre pero sabía que era la mejor opción para las tres.

Hayden a diferencia de sus dos hermanas estaba emocionada así que como quería que su hermana se levantará pronto para irse cuanto antes decidió usar el metodo más efectivo. Fue al baño de la habitación de Flora y lleno un cubo de agua helada para después tirarlo encima de la más pequeña de la casa.

Flora se levantó por segunda vez mojada e irritada por la acción de su hermana a la que miraba con cara asesina.

- Tu no te libras

- ¡¡¡Rileeeeey!!!

Las dos chicas llegaron al comedor corriendo donde Hayden se escondió detrás de Riley para no recibir la furia de su hermana.

- Las dos sentaros

- ¡¡Si!!

Después de desayunar con ayuda de el mayordomo de la casa subieron las maletas al taxi que las llevaría al aeropuerto.

Y así empezó la mañana del día que cambiaría sus vidas de una forma bastante drástica.

Riley en multimedia