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Diciembre, 20, 2015

Subí a mi coche y fui a la casa de Tom, ya estaba preocupada. Hacia ya dos días no me contestaba el teléfono ni mis mensajes.

Eso no es común en él.

Si lo hubiera perdido me hubiera llamado o contactado de alguna manera.

...

Llegué a su casa y sólo estaba su coche, eso me tranquilizó. Pero no del todo.

Tomé mi celular, cartera y llaves.
Bajé del auto y toque la puerta.

Pude escuchar un ruido algo... Fuerte.
Espero no se haya caído por mi culpa... El era algo distraído en veces.

Al tener 15 años y el 17 en mi quinceañera calló de un escalón.

Se doblo el tobillo.

Así que no baile el vals. Me estuve con él.

Al abrirse la puerta veo a Tom, con un cachete rojo y su cabello despeinado, tenia una apariencia de no haber dormido en años y se veía mas delgado de lo normal.

Así que solo sale el y cierra la puerta.

Me da un fuerte abrazo.

-¡Tom!, ¿Estas bien? ¿Qué te a pasado?
-Gracias por venir y sacarme de aquí.

Ahí se despegó de mi y logré ver su brazo con un moretón y sangre.

-Pero... ¿Qué diablos te pasó?- le pregunto llorando y tocando su brazo con cuidado
-¿Podemos ir a otra parte a hablar?

Se veía serio. Normal. Como si no pasará nada. Como si no estuviera sangrando del brazo y del labio.

Subimos a mi coche y me dirigí a mi casa. Mis padres no estaban. Por lo que no harían preguntas y podríamos charlar bien.

En el camino le hice preguntas y el me contestaba a todas diciendo

-no te diré nada hasta que lleguemos a tú casa.

Así que conducí hasta casa.

Bloody BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora