Primer día.

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Hoy es un día lúgubre, y no por nada, será mi primer día en la preparatoria y mis ganas de vivir están más muertas que mi entusiasmo. Honestamente estoy nerviosa, siempre fui alguien callada y estoy segura de que me costará empezar desde cero, también me preocupa la dificultad de las materias...bueno, todo me preocupa.

En fin, me llamo Alba, tengo 15 años y soy bisexual.
Salí temprano como de costumbre a tomar el transporte público, no quiero llegar tarde en mi primer día, todo el camino la pasé haciéndome expectativas de lo que sería mi nueva vida en una nueva escuela, a pesar de mi constante negatividad la idea me emocionaba en el fondo.

Al llegar a mi destino me dispuse a hacer lo que cualquier alumna nueva haría; perderme mientras buscaba mi salón, ¡bien hecho, Alba! Mientras me maldecía internamente había una chica mirándome fijamente con cara de nervios, la miré de vuelta y dejando de lado que era muy bonita me habló casi inmediatamente.
- Hey, te veo perdida, ¿de qué clase eres?-.
Me pareció bastante amigable, me cayó bien.
- Eh, clase C, salón 15, ¿sabes donde es? -.
Ella no parecía de nuevo ingreso, así que me sentí bastante tonta.
- Ah, yo también voy a ese salón y tampoco lo encuentro, ven, vamos a buscarlo -.
Me jaló y comenzamos a buscar por todos lados, la verdad es que era muy amigable y extrovertida, me sentía cómoda hablando con ella; era lo contrario a mi.
- Por cierto, ¿cómo te llamas? -.
Por la situación de estar buscando el salón me habia pasado por alto ese detalle, en realidad quería saber su nombre.
- Me llamó Victoria, ¿y tu?-.
Era un nombre muy bonito.
-Yo me llamo Alba -.
Traté decirlo lo más animada posible, en realidad odiaba mi nombre.
- ¿Sabes? Odio mi nombre, es mejor si me dices por mi segundo nombre… -.
Me interrumpió y con una sonrisa me dijo.
- A mi me parece bonito, te diré así si no te molesta...¡mira! Ahí esta el salón, rápido que ya vamos tarde -.
Me quedé sorprendida pero corrí. Es cierto, íbamos muy tarde.
Al entrar al salón nos sentamos una al lado de la otra, en los lugares del frente; casi al instante llegó la profesora de álgebra, era el primer día así que supuse que no haríamos nada más que presentarnos y esas cosas.
- Buenos días alumnos, soy su profesora, me llamo Natalia y les daré la clase de álgebra. Ahora formen equipos de 3 y abran sus libros para comenzar la clase -.
Bueno, tengo que admitir que eso no estaba dentro de mis expectativas; voltee a mi lado y Victoria estaba hablando con una chica sentada detrás suyo, hicimos equipo con ella y comenzamos a trabajar. Terminamos rápido y la profesora nos dejó salir antes.
-Por cierto, me llamo Marcela, ¿y ustedes?-.
Parecía muy tímida y reservada, pero a medida que nos presentamos y seguimos platicando todo se volvió más ameno y las tres empezamos a tomar confianza.

Al cabo de unas horas llegó la hora de salida, Marcela se fue temprano y Victoria y yo nos quedamos, yo esperando el transporte y ella a sus padres.
-¿Sabes? Fue un buen día, al principio estaba nerviosa pero todo fue muy bien -.
Me quedé callada un momento, a decir verdad la veía como alguien con más seguridad, pero estuvimos en la misma situación.
-Oh, llegaron por mi, pues nos vemos mañana, ¡adiós! -.
Se despidió de mi con un beso en la mejilla, yo jamás había tenido esa costumbre, no me gustaba, pero esta vez no estaba tan mal.
-Adiós, hasta mañana -.

Había sido un buen inicio.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2017 ⏰

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