Rodrigo era un puberto que estudiaba el sexto grado de primaria. Normalmente no le hablaba a nadie de su salón, a excepción de sus cuatro mejores amigos: Alexandre, Julián, Yahir y Jack. Gracias a esos idiotas, Rodrigo no se sentía tan mal y sonreía casi todo el tiempo por las estupideces de sus amigos.
Todo iba tan bien entre ellos, las sonrisas eran las de siempre, el relajo en el salón de clases y en el recreo era el mismo; hasta que Rodrigo comenzó a sentir cosas "raras" por Julián.