He estado pensando mucho en porqué este cielo violeta se ve tan triste en este atardecer. Le he dado vueltas al asunto, quizás no es un cielo triste, quizás es una tarde triste o una hora triste.
Me he cuestionado el si realmente soy buena persona ya que tengo poca paciencia y cambio constantemente de opinión.
También en esta tarde tan tranquila que ahora pasó a ser noche me pregunto por qué las personas cargadas con problemas eligen a las peores para descargar su carga, eligen a personas que además de devolverle el peso añade más.
Pero tampoco es que yo sea la persona más adecuada para brindar consuelo.
Me pregunto por qué alguien se alivia al escucharme después de un pésimo día, por qué se alegran por unas palabras que salen de mi mente negra llena de estrellas.
Y me pregunto por qué mi amiga es tan violeta y aparenta tan amarillo.
Yo soy como de una forma muy inversa a los demás, lo que tu no haces yo lo hago y lo común no está en mi lista.
Soy de quedarme con los silencios y no con las serenas notas.
Soy de escribir de noche y no pensar de día.
Soy de elegir perder la vida y rechazar a la muerte.
