ONE SHOT

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"La vida me sabe a ti"

--Donghae, el que tú no puedas dormir no significa que los demás tengamos que hacerlo—Escucho a mi compañero quejarse.

Con la boca abierta, mantengo mi respiración y miro con los ojos abiertos de par en par, el techo de la cama de mi compañero. Mis manos se aferran al par de cobijas que me protegen. De reojo miró el reloj: 3:40 am. Y me es imposible dormir. Mi cuerpo más enérgico que otros días, tiene ansiedad de moverse de un lado a otro. Mis manos pican por tocar otra cosa que no sea la tela de estás cobijas delgadas. Mis labios húmedos balbucean. ¿Por qué pasa tan lento el tiempo? Suelto un largo suspiro y cierro los ojos.

Inmediatamente vuelvo a abrirlos, no, no puedo dormir. En primera porque me preocupa saber que allá afuera fans esperan por mí ¿Y si les pasa algo a mis niñas? Los nervios me consumen con saber que algo, en estás eternas horas de espera pueda pasarles. Y por otro lado, y más fuerte que la primera, está él y el recuerdo de hace dos días atrás. Es cerrar mis ojos y yo volver a ese momento en que él caminaba hacia nosotros y yo luchaba contra todo por no derramar mis lágrimas.

Mostrándome frío por fuera pero temblando por dentro. Saber que ya no habría más despedidas dolorosas, me calentaba el corazón. Ya no más despedidas al final del día, ya no más esfuerzos para lograr un permiso para salir, ya no más espera para volver a vernos. Pronto todo terminaría. Y saberlo, mientras miraba a ELF delante de mí, me abrumaba tanto que me dejaba confuso. Apenas recordando la advertencia de Prince "No demostraciones" Pero ¡Oye! Cómo me pedía eso cuando, por fin, mi amor volvía a mí. Sí, sí, que nos habíamos visto varias veces en este par de años, pero no era lo mismo ¡Despedirnos al final del día y esperar meses para volver a vernos! Era injusto, eso no contaba. Ahora lo tendría para siempre, a cada hora, día y minuto que yo o él quisiera. Y él no iba a venir a restringirme. Sin embargo, había asentido. Me había controlado hasta donde pude. Porque así como lo vi venir, caminar y mirar deslumbrado a ELF, todo eso se vino abajo. En mi memoria claramente se muestra como mis manos temblando de nervios bajan mi gorra hasta cubrirme los ojos. Y lo veo a él, llegar delante de mí. Su mirada iluminándose, sus hermosos labios ensanchándose en una maravillosa y verdadera sonrisa, la sorpresa pintando su rostro al verme. ¡No puedo no hacer nada! me grito al mirar de reojo a Prince que me mira con advertencia. Sin mi permiso, como si una fuerza inhumana tomara poder en mí, mis brazos se extienden al aire. La sonrisa bonita de él crece y crece. Estira sus brazos mientras camina vacilante, como si no creyera que estoy aquí. Doy un paso más, agito mis brazos, él acelera y, nuevamente, volvemos a unirnos. Y el mundo desaparece. Nos aferramos el uno al otro como si en ello se nos fuera la vida. Los gritos a nuestro alrededor nos saben a festejos, a alegría y aceptación. No quiero soltarlo. Lo abrazo con más fuerza y él lo acepta.

--¡A la mierda las apariencias! –me susurra ocultando sus labios sonrientes entre su puño.

Yo asiento, palmeándole la espalda ¡Muero por besarle! Anestesiado y demasiado enamorado y feliz, lo dejo ir.

--¿Y ahora... en unas horas?—mi voz tiembla cuando salgo de mis pensamientos--. En unas horas volveremos a estar juntos—me cubro la boca con mi mano, intentando acallar el chillido que me sale desde el corazón. Más no puedo detener a mis despiertas piernas que patalean contra el colchón. Mis ojos se cierran con la sonrisa de enamorado que soy.

--¡De acuerdo!—grita mi compañero--. No durmamos, entonces—veo su cabeza aparecer desde arriba, colgando hacía mi cama.

Lo miro avergonzado--. Lo sie...siento.

Él pone los ojos en blanco--. ¿Nervioso?

Asiento—No vendrá nadie por mí—hago un mohín con mis labios.

LA VIDA ME SABE A TI [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora