El relámpago iluminó la noche justo un breve instante, lo suficiente para descubrir a los dos jóvenes furtivos que forzaban la puerta de la vieja cabaña del jardinero.
Llovía intensamente, llovía tanto que los animales se agrupaban por parejas temerosos.
Ambos se reían sin parar por su infortunio, al fin y al cabo, todo había resultado digno de una sátira griega.
- Mira, hay una chimenea - le indicó ella echando un vistazo a su alrededor. Una modesta en ornamentos pero gran chimenea de piedra se coronaba como eje central de la estancia.
- Perfecto, intentaré encender un fuego.
El castaño se escapó por una puerta casi escondida a un lateral de la estancia en busca de algo con lo que hacer un fuego, mientras ella observaba el lugar ocupado sólo por un viejo sofá, una enorme piel de oso en el suelo, la vieja chimenea y una mínima cocina escondida en un rincón.
La luz de la luna bañaba el ambiente dotándolo de un encanto especial. La joven dejó la botella de champan que portaba en la mesita junto al sofá, pegada a la cesta de mimbre que minutos antes su acompañante había abandonado.
Seiya regresó cargado con maderos, velas y mantas.
- Mira lo que he encontrado. - Comentaba mientras dejaba las mantas a un lado y comenzaba a encender velas y colocarlas por la estancia para después, con asombrosa maestría, encender el fuego.
El joven castaño la tapó con una manta.
- Ponte esto estás tiritando - le dijo mientras frotaba sus brazos por encima de la manta. Un estornudo de la muchacha le preocupó. - Saori, quizás es mejor que regresemos a la mansión.
- No, por favor, Seiya - la joven alzó una mirada desesperada clavando sus profundos ojos azules en los avellana del muchacho - no quiero que acabe este día. - El muchacho la sonrió amoroso, la entendía. Era su 18 cumpleaños y por compromisos de la Fundación no había podido celebrarlo. Por eso él había decidido sorprenderla, preparó un picnic y se la llevó a escondidas esa noche, subieron hasta la colina más cercana a la mansión, su plan era pasar la noche en vela para ver amanecer, pero la tormenta les pilló de sorpresa y tuvieron que resguardarse en esa pequeña cabaña. - Mantengamos el plan, me encantaría ver el amanecer juntos.
Seiya no pudo negarse, él también estaba emocionado por pasar tiempo a solas con ella. A salvo de los momentos en las batallas y cuando ejercía como su fiel Caballero apenas tenían intimidad, siempre había otros caballeros o Tatsumi a su alrededor. Era agradable quitarse de encima toda la parafernalia y solemnidades que, por lo general, dominaban sus encuentros. En esos momentos no parecía que fuera la Diosa que era, si no la dulce y bondadosa chica que tanto le había impresionado.
Quizás esa noche por fin podía sincerarse con ella, necesitaba soltar el peso que cargaba en su pecho.
- De acuerdo, acomodémonos entonces. - Seiya colocó varias mantas en el suelo sobre la piel de oso, la invitó a que sentara lo más cerca posible de la chimenea. Acercó hacia él la cesta de mimbre y cogió dos copas, para servir el champan, entregando una a Saori. - Feliz cumpleaños princesa. - Acercó su copa para brindar. Ambos arrugaron el gesto al probar la espumosa bebida.
- Me hace cosquillas en el paladar - rió ella.- Nunca antes había probado el champan.
- Yo tampoco, pero hoy es un día especial. - Seiya metió nuevamente la mano en la cesta para sacar unas fresas. - En una película que vi la protagonista decía que el champan con fresas era lo que más le gustaba. ¿Quieres probar? - La joven cogió una fresa, mordió un trozo y dio otro pequeño trago. El joven hizo lo mismo.
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WILL YOU STIL LOVE ME TOMORROW? LEMON
FanfictionCumplir años tiene que ser especial para una Diosa, más si es junto al hombre que ama. Disclaimer: los personajes de este fic son propiedad de M. Kurumada y Toei. No hay ánimo de lucro en lo que hago. Nota de autor: la canción "Will you still love m...