Capítulo I
La historia comienza en una gran ciudad, en el extremo sur. Allí donde comienzan las chozas y chabolas, estaban las ruinas de un viejo anfiteatro casi olvidado.
Un día, la gente que vivía cerca encontró a una niña viviendo allí. Se llamaba Momo. Una tarde, llegaron unos cuantos hombres y mujeres. Le preguntaron a Momo todo tipo de cosas -si tenía padres, de dónde venía, si quería ir a un hospicio o si se quería quedar en el anfiteatro. Dijo que no tenía padres, ni casa y tampoco quería irse a un hospicio. Decidieron, pues, que se quedaría en la cámara media derruida del anfiteatro. Empezaron en seguida, limpiaron y arreglaron la cámara. Todos contribuyeron en decorar la cueva, hicieron una mesa y sillas de cajas de madera; trajeron una cama vieja, y construyeron un hogar.
Después vino la gente con la comida, cada uno trajo lo que le sobraba. Esa noche celebraron una fiesta en honor a la instalación de Momo. Así comenzó la amistad entre Momo y la gente de los alrededores.
Capítulo II
Momo se hizo muy buen amiga de sus vecinos, porque sabía escuchar, simplemente eso, nada más.
Un día fueron a verla dos hombres que se habían peleado a muerte. Al principio no habían querido ir a verla, pero al final habían accedido a regañadientes.
Ahí estaban los dos, Nino a cada extremo del anfiteatro. Uno era Nicola, el albañil que le había hecho el hogar a Momo. El otro era Nino, el arrendatario de un pequeño establecimiento al borde de la ciudad. Nino y Nicola estaban entre los amigos de Momo.
Momo se dio cuenta de que estaban enfadados, y no supo con quién sentarse primero. Al final, para no ofender a ninguno se sentó en el borde de piedra a la misma distancia de uno y del otro. Miraba alternativamente a uno y a otro. Simplemente esperó. Después de un rato, empezaron a discutir y a insultarse. También salieron las razones por las cuales el uno estaba enfadado con el otro. Al final se quedaron callados avergonzados e hicieron las paces.
En otra ocasión, un niño le llevó su canario que ya no cantaba. Momo tardó varios días escuchándole hasta que volvió a cantar y a silbar.
Capítulo III
Un día pesado y bochornoso, había en el anfiteatro unos doce niños. Estaban esperando a Momo, que había salido a dar una vuelta. Mientras esperaban, intentaron jugar a un juego, pero no funcionó...así que volvieron a sentarse en las gradas. Esperaron un rato, y entonces llegó Momo.
Jugaron a un apasionante juego de barcos. Mientras jugaban, empezó la tormenta, y al final del juego todos estaban calados hasta los huesos. Hablaron durante un rato sobre la aventura y luego se tuvieron que ir todos. Todos los niños habían pasado un rato inolvidable.
Capítulo IV
Momo tenía dos amigos que apreciaba aún más que los demás, Beppo Barrendero y Gigi Cicerone.
Beppo era una persona muy callada, y siempre pensaba las cosas antes de decirlas. Trabajaba de barrendero, como bien indica su nombre. Vivía en una choza que había construido él mismo, a partir de ladrillos, latas y cartón.
Gigi era muy parlanchín-casi nunca pensaba las cosas antes de decirlas- y se inventaba unas historias espectaculares, para luego contarlas a los pocos turistas que iban a visitar el viejo anfiteatro. Siempre estaba cambiando de trabajo.
Capítulo V
Poco a poco, Momo se había vuelto imprescindible para Gigi. Antes de que hubiera venido Momo, los cuentos de Gigi eran un tanto pobres, las basaba en películas o noticias que había visto, pero después de venir Momo, se imaginación no tenía límites.
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Resumen Momo
RandomResumen de libro Momo del autor Michael Ende. No lo hice yo, lo saqué del Rincón del Vago