Hotter than hell » dave franco |EN PAUSA|

oo1: Él es Dave

—¿Qué demonios haces aquí?

Skylar al fin se dignó a hablar, las palabras se habían quedado atrapadas en su garganta. A ambos aún se les hacía irreal que estuvieran frente al otro. El castaño se relamió los labios y luego sonrió con una pizca de... ¿diversión?

—Vine a disfrutar de unas buenas vacaciones.

—Sabes que no hablo de eso, ¿qué haces aquí realmente?— cuestionó mirándolo confundida y una duda se formó en su cabeza: —Me... ¿me estás siguiendo?

El chico rió fuertemente y el rostro de la muchacha comenzó a ponerse rojo, pero no exactamente de vergüenza.

—Nena, yo llegué antes. Así que el que debería de preguntar eso soy yo; y por cierto, esta también es mi terraza.

Ella lo miró extrañada y se fijó que ambas habitaciones del fondo compartían un gran balcón.

Esto no podía ser cierto...

De todas las habitaciones, ¿por qué esa?

—Para empezar, no me llames así.— se acercó a la anatomía del muchacho y a pesar de la diferencia de estatura, ella le dedicó una mirada asesina y apuntó un dedo a su pecho.

—Sky, veo que ya encontraste a mi amigo.

La voz de Connor sonó detrás de ellos y ella inmeditamante se separó. La sonrisa que estaba en los labios del castaño se engrandeció, como si hubiera esperado por algo, saber el nombre de la ojiazul.

—Sky, él es Dave.

—Dave, ella es Sky.

Su amigo los presentó, aunque no servía de nada porque ya se conocían. Ella le tendió la mano para estrecharla junto con la de él, pero en vez de eso, el chico se acercó a ella y le besó la mano delicadamente.

Dave no era para nada feo, era todo lo contrario. Tenía unas peculiares cejas, bastantes pobladas, unos lindos ojos color café profundos con incontables pestañas largas, una mandíbula bien marcada al igual que la manzana en su cuello que lo hacían ver más varonil y cualquier chica moriría por él. Tenía una sonrisa de ensueño, unos labios carnosos que nunca dejarías de besar. Era alto, pero no pasaba de un metro con ochenta, su cuerpo estaba tan bien trabajado, Skylar lo había lo sabía. Ella lo había experimentado.

—Mucho gusto, Sky.

—Ah y es Skylar para ti.

Limpió su mano en su pantalón y salió de ahí, dejándo a ambos chicos con las palabras en la boca. Ella al entrar de nuevo a la habitación cerró la puerta corridiza que daba hacia la terraza, no quería que Dave entrara de sopresa o algo parecido. Se acostó en una enorme cama king size y exhaló un largo suspiro.

—¿Qué va mal?

Sophia estaba recargada en el marco de la puerta observando a su mejor amiga.

—Nada, sólo quiero despejar mi mente.

—Tengo una idea.— su amiga sonrío de oreja a oreja.

•••

No podía creer cual era la "idea" de su amiga, en realidad la convenció en ir a hacer las compras de todo lo que iban a consumir en esos tres meses, claro que antes de ir todos habían cooperado. Eso no era lo que ella esperaba cuando dijo "despejar mi mente".

—Oye, ¿ya conociste a Dave?

—Sí.

Estaban saliendo del súpermercado empujando un carrito y al llegar a la jeep metieron con cuidado todas las cosas en los asientos de atrás. Skylar se subió al auto y Sophia se sentó en el asiento de copiloto. La casa quedaba algo cerca, como a unos diez minutos. La ojiverde notaba que había algo raro en el comportamiento de su compañera y no pudo aguantar la curiosidad.