Capitulo 1

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Sentí cómo sonaba el despertador y me levanté casi de un salto. Probablemente nunca me había vestido tan rápido. Fui a tomar desayuno y me fuí.
Hoy es mi primer día de escuela en la Marmota Army Highschool, y estoy muy emocionada, ¡y espero hacer muchos amigos!

Veía todos esos uniformes pasar frente a mí. Me pregunto qué amigos podré hacer, qué clase de compañeros tendré, me pone nerviosa tan solo pensarlo.
Vi la hora, aún quedaban 15 minutos para entrar, así que me senté en una banca de una plaza. Vi la hora nuevamente... ¡Se me había acabado el tiempo! Corrí tanto como pude, cuando me tropecé con un chico.
-ugh, Qué dolor... ¿Eh?
-¿Estás bien?

Miré al chico, su piel era blanca, cabello rubio y ojos azules. Me ayudó a levantarme y le sonreí.

-Gracias, ¿Cómo te llamas?
-Nahuel, ¿Y tú?
-____, ¿Vas a la Marmota Army?
-Ah, sí, vamos juntos, al parecer eres nueva, te mostraré la escuela.

Y así caminamos hasta la escuela, nos sancionaron por llegar tarde y afortunadamente estábamos en la misma clase. El profesor nos vió, tan sólo río y me invitó a presentarme. Sonreí y pasé al frente de la clase.
-Uh... Hola, mi nombre es ____ , me gusta Gorillaz, BTS, Nirvana y la Nutella, espero que nos llevemos bien y pueda ser su amiga.

Suspiré y miré a la clase, me sonrieron y el profesor me pidió que me sentara junto a una niña. Estaba jugandocon su lápiz así que no se dió cuenta que me acercaba. Me senté y la saludé.

-Hola.

De la impresión se le resbaló el lápiz de las manos.

-¡Hola!

Me sonrió nerviosa.

-¿cómo te llamas?

-Kathy, tú eras _____, ¿No?

-Si, ¿Me presentas un poco a la clase?

-Oh, claro, eh... Empecemos por allá.

Me habló sobre varios de mis compañeros hasta que el descanso llegó, salimos juntas y se nos unió Nahuel, quién me llevó a conocer mi nueva escuela.
Él era muy amable y gracioso, me contó sobre él, sobre sus amigos e incluso profesores. Realmente me agradó.

Recorrimos casi toda la mañana la escuela, y dejamos el gimnasio para el final. Me contó que participaba en el equipo de baloncesto, y que era amigo de el jugador estrella, pronto me lo presentaría.
Nos sentamos en las bancas para ver cómo el equipo de fútbol prácticaba. Las porristas cantaban y se movían enérgicamente, hasta que una de ellas indicó el descanso.

-¡Uf!, Weona, tengo ganas de pichula grande y negra.

Con Nahuel sólo reímos, al parecer era un porrista del equipo. Él nos miró.

-¿Eh?, ¡Ay qué vergüenza!, Amiga ¿Por qué no me avisaste?, Nahuel y... Una nueva estaban escuchando, me muero, no, qué atroz.

-¿Cómo te llamas?

Le pregunté mientras su amiga le tiraba aire con las manos.

-Ah, me llamo Alex, seguro tú eres _____, la nueva.

-así es, un gusto.

-El gusto es mío, querida, espero que no me ignores por esa mala primera impresión.

-No te preocupes, ¿Y tú amiga?

-Yo me llamo Melody, soy la capitana de las porristas, aún quedan cupos por si te quieres unir, por cierto, tú pelo está divino.

-Oh, gracias.

Los chicos se iban, cuando Alex se dió la vuelta.

-Oigan, ¿ya conocen a @# capitán?

-¿@# capitán?

-Si, dicen las malas lenguas que no tiene sexo ni género.

Mientras me contaba en voz baja, sentí un escalofrío recorrer mi espalda, que me hizo voltear. Era una lúgubre chica mal sentada, mirando el partido.

-¡Vamos, cariño!

Dijo de manera desanimada. Miré a Alex, quién también se encontraba mirándola.

-Sí, ella es su polola.

-¡Sus compañeros son muy interesantes!

Sonó el silbato y los jugadores fueron a descansar, uno de ellos se acercó. Se paró frente a nosotros y se quitó el casco, su cabello castaño se movió, era lindo, corto pero femenino, sus ojos oscuros hacían juego con sus facciones. No atiné a arreglarme ni nada, ¡que vergüenza!

-¡Hola!, Tú debes ser _____, la nueva. Es un placer.

-El placer es mío, Capitán Pipper, recién me hablaron de ti.

-Ah, ¿Qué le dijeron?

-Sólo lo genial que eres.

Contestó Alex, mientras se tomaba el cabello. Pipper sonrío y se fue con su casco entre el brazo, hacia su novia.

-Bueno chicos, luego nos vemos.

Nos despedimos a coro y miré a Nahuel. Estaba hablando con Melody, se veía muy feliz. Por alguna razón sentí una presión en mi pecho.
Bajé de la banca y me despedí amable, no podía ver cómo esa perra se quedaba con mi hombre.
Fui al baño y me mojé la cara, cuando viendo mi reflejo, me di cuenta que Alex estaba ahí.

-Quería... Saber qué te había pasado.

Me sequé la cara y tapé mi ojo con mi cabello automáticamente.

-No es nada, creo que sólo tenía algo de sueño.

-Oh, está bien. Tienes algo ahí.

Se acercó a mi cara, fingiendo quitar alguna pelusa, y despejó mi mirada. En ese instante rompí a llorar.

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