Agni

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-¡Agni! -Soma despertó de golpe y se halló en una suave cama de sábanas blancas. Su colorida ropa hindú había sido reemplazada por una especie de pijama color claro. Miró su mano derecha y de golpe recordó aquella bala cruzando su palma, un dolor y terror indescriptibles recorrieron su cuerpo. 

-¡No deberías moverte de esa manera! ¡Aún tienes que descansar! -Gritó Sieglinde al hallarse a un lado de la cama. Soma observó rápidamente toda la habitación, había algo que faltaba, más bien, alguien... ¡Agni! Si Soma se encontraba herido lo más lógico sería que Agni se hallara a su lado, pero no lo estaba, no lo vio por ninguna parte.

-¿Dónde está Agni? -Sieglinde y Wolfram bajaron la mirada. No, no podía ser.  Agni había sido atacado, pero era un hombre fuerte y contaba con su mano de dios. Sin embargo aquella persona los tomó por sorpresa y se aprovechó de aquella situación tan inesperada. Esa idea presionó el corazón del príncipe.

-Para cuando Ciel y Sebastian lo hallaron, él ya había... -Esas palabras seguidas de un doloroso silencio terminaron de aplastar el corazón y esperanzas de Soma. Sintió destruirse su mundo ahogándose él entre los escombros. Agni, aquel hombre que salvó de la muerte y desde entonces le había confesado y demostrado completa y total devoción. Agni, el hombre sonriente y calmado que estaba siempre a su lado. Agni, aquella persona a la que pudo llamar amigo. Ese Agni, había dado su vida por él. 

-¡¿Por qué Agni tuvo que morir?! ¡Él era el más fuerte! ¡El más amable! ¡El hombre más correcto que he conocido! ¡Agni era...! ¡Agni era...! -Un grito desgarrador salió de lo más profundo de su ser- ¡AGNI! -No pudo evitar romper en llanto, sus sollozos y gritos desesperados llenaron el cuarto. Cuando cesaron los gritos, habló lleno de ira- No lo dejaré pasar... ¡Esos hombres pagarán por esto!

Después de haber intercambiado unas palabras más con sus cuidadores, Soma pidió estar solo. Dentro de aquellas sábanas, abrazado a la almohada, siguió soltando lágrimas sin parar. Llamaba sin cesar a su sirviente esperando que todo fuera un mal sueño del que él pronto lo levantaría al verlo dormir tan agitado. Sólo deseaba eso, escuchar la dulce voz de Agni llamándole desesperadamente para que despertase de esa terrible pesadilla. Entonces podría abrazarlo con todas sus fuerzas y contarle toda aquella locura que soñó, podría oír su voz, ver su hermosa sonrisa, sentir su mirada, probar su curry, todo una vez más. 

Su voz desesperada siguió repitiendo aquel nombre hasta que sus ojos se hincharon y se quedó afónico. Por más que gritaba sólo salían chirridos de su garganta, era doloroso, pero lo era aún más tener que aceptar que Agni estaba muerto. Si dejaba de llamarlo nunca llegaría a despertarlo de ese horrible sueño, si dejaba de llamarlo aquella terrible ilusión podría extenderse horas, semanas, incluso meses. Necesitaba despertar lo más pronto posible, se estaba volviendo un hombre maduro y no podía dejar que una simple pesadilla acabara con su cordura. Si Agni no podía oírlo, él mismo se causaría despertar.

Saltó de la cama. Se tambaleó al sentir el frío piso tocando sus pies. El ambiente se volvió pesado, la lluvia lo hacía sentirse peor. Cerca, cayó un rayo; la luz llenó el cuarto por un instante y el trueno retumbó en las ventanas. Asustado, Soma cayó al suelo abrazándose con ambos brazos. ¡Cuánto deseaba que Agni estuviera ahí para protegerle! Era la pesadilla más horrible que había tenido en toda su vida, se sentía solo, confundido, triste, abandonado. "Agni" soltó en forma de gemido doloroso. ¡Le ordenaría cocinarle una olla de curry para él solo cuando despertase! Más lágrimas recorrieron su rostro. Tenía que despertar él mismo, Soma ya era un hombre y podía hacerlo solo, tal vez eso significaba aquel mal sueño, no podía seguir dependiendo tanto de Agni. Sólo él mismo podía despertarse, sólo él mismo podía liberarse de las jugarretas que le provocaba su propia mente

Recobró fuerzas y se levantó del suelo, poco a poco se irguió y tomó valor. Al parecer ni siquiera el susto de muerte que le había dado el rayo pudo despertarlo, ¿qué más podría hacer para regresar al mundo real? La puerta se abrió suavemente. Era Wolfram.

-Soma, ¿se encuentra bien? ¿necesita algo?

-Necesito despertar de este terrible sueño y volver al mundo real -Soltó recuperando un poco su voz. El rostro de Wolfram sólo le devolvió confusión. Claro, al ser producto de su imaginación no podría diferenciar el mundo real del de su propia imaginación, esa ilusión era su mundo real. Devolvió la mirada a una de las ventanas al momento que pensaba- Tiempo. Necesito tiempo.

-Claro, si necesita algo más, estaré con Sieglinde en su laboratorio. -Sin devolverle la mirada, Soma solamente asintió con la cabeza y ello fue suficiente para que Wolfram se retirara. El devastado príncipe volvió a la cama y se sentó en la orilla. Pensó y pensó, ¿qué podría hacer para despertar? Imaginar una vida sin Agni era lo suficientemente doloroso como para seguir en ese sueño y esperar a que su fiel sirviente lo despertara por la mañana. Después de meditar un largo rato llegó a la solución definitiva: si él moría dentro del sueño volvería al mundo real. 

Tenía que causar su muerte.

-¡Volveré al mundo real, Agni! -Pensando en la cálida voz de Agni se puso de pie decidido a cumplir su cometido. Salió del cuarto en dirección a la cocina. Fue con sigilo, puede que Wolfram y Sieglinde estuvieran en su laboratorio, pero si lo escuchaban, por más que intentara convencerlos de que volvería al mundo real no le dejarían siquiera intentarlo. Asomó con cuidado la cabeza en cada una de las puertas que hallaba buscando la deseada cocina. Sus pies descalzos acariciaban el suelo para hacer sólo el más mínimo ruido. Exploró el lugar hasta que halló un cuarto oscuro con utensilios de cocina en su interior. Entró en el sin más dilación y buscó un cuchillo. 

Mientras revolvía los cajones en busca del afilado objeto, volvían a su mente los diferentes momentos que había vivido junto a Agni, su sonrisa, su voz llamándole a lo lejos, su dulce mirada, sus caricias... Pronto volvería a sentir todo aquello, en cuanto despertase correría a buscarle para abrazarle lo más fuerte que pudiese. Halló el compartimiento de los cuchillos. Tomó el primero que vio y lo apuntó a sus muñecas. Su cuerpo temblaba, sus ojos derramaban lágrimas sin parar, ¿de verdad podía hacer algo como ésto? Sintió que el aire a su alrededor lo asfixiaba, su corazón comenzó a doler y a oprimirle. Cayó al suelo de rodillas. Agni. Su mente y alma clamaban incesablemente por su sirviente, su mayordomo, su amigo

-¡Agni! ¡despertaré de ésta pesadilla por los dos! -Tomó aire e hizo el primer corte en su brazo. Ahogó el grito de dolor que le produjo, no quería que llegaran a detenerle. Podía sentir como todo poco a poco le parecía más irreal, todo a su alrededor se descomponía, se derretía frente a sus ojos. Siguió cortando dejando que la sangre saliese a borbotones. Sonrió. Su brillante sonrisa contrastaba con sus ojos hinchados por las lágrimas. El dolor que sentía por los cortes era nada comparado con el dolor que sentía por la supuesta pérdida de su mejor amigo- Agni...

Cayó en la cuenta de que aquel terrible sueño era la realidad. Aquella sonrisa se borró al instante y cayó de golpe al suelo en el charco que había creado su propia sangre. Todo se veía borroso, un chillido atravesó sus oídos. Agni, de verdad fuiste un mayordomo ejemplar, pero está prohibido morir antes que tu amo. Alcanzó a percibir extraños ruidos a su alrededor, ¿voces?, alcanzó a distinguir a Wolfram y Sieglinde acercándose a él. Sonrió, era demasiado tarde, si volver a ver a Agni significaba morir, estaba dispuesto a hacerlo. Cerró sus ojos y su rostro se relajó soltando una dolorosa pero sincera sonrisa. 

Dando su último aliento alcanzó a decir aquel nombre que le había causado tanta felicidad pero ahora le carcomía por dentro.

-Agni... 



Nota: En la madrugada desperté de un sueño con unas ganas incontenibles de escribir esto. Soy una persona cruel al escribir:^) Escribo esto antes de la salida del capítulo 130 y la primera parte se basa en los sucesos del capítulo 129, puede que hayan errores, es un fanfic anyways.
Para Agni, siempre estarás en nuestros corazones.
Para mi rolepartner de Soma, sorry not sorry por matar a Soma:')

- 蝶 Chō (*'▽')ノ

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