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Pov's Tony's.

Esto era perfecto.

La cena, la charla, la decoración sencilla, la comida, el gesto de Steve...

Todo, era perfecto.

Me sentía único y especial.

Conmovido y querido.

¿Con qué así es que se siente el afecto real?

Hermoso.

Mi corazón estaba hinchado de emoción, todo esto era mucho, sentía no merecer esto de parte de Rogers.

-Steve...- le llamé.

Pero justo en ese momento, el tocadiscos cambió la canción a una más lenta y suave, un vals.

El rubio como todo un caballero me tendió la mano.

-¿Me harías el honor, de bailar esta pieza conmigo?-

Encantado, acepte.

Mientras bailabamos, no dejabamos de vernos.

Me sentia fascinado.

Este hombre, había hecho tanto por mi.

Era tan cálido.

Tan puro.

Tan real.

Era amor.

Y ahí lo comprendí.

Steve Rogers, era lo que me faltaba en la vida, para ser feliz.

-Steve...- le llamé y me observó, bailando cada vez más cerca de mí -Gracias por esto...

Fin's Pov's Tony's.

Pov's Steve's.

Sonreí.

-No lo agradezcas, lo mereces Tony-

Le di una leve vuelta y lo regresé a mí casi rozando nuestros rostros.

-Feliz Cumpleaños Tony-

La música seguía sonando y no dejabamos de vernos.

-Ahora, si es feliz...-

-¿Por qué? Aún no te doy tu regalo...-

Y era cierto, sobre la mesa, estaba un estuche con una hermosa pluma de tinta, pulida y bañada en plata y bronce.

-No lo necesito- susurró acercando su rostro al mío.

-¿Por qué?-

-Por que Steve...- rozó sus labios con los míos -"Mi regalo eres ..."

Y acortó la distancia de nuestros labios.







Fin...

Mi Regalo Eres Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora