Narrador
Alejandro
Rubén
Amigos desde pequeños, los mejores del colegio, ambos tenían química, cierta simpatía que ningún otra pareja de amigos tenía, se acompletaban el uno al otro
Lamentablemente las mejores amistades suelen terminar en el mejor momento.
Rubén, llegó con los ojos hinchados y rojos por el llanto que había reproducido la noche anterior al enterarse se esa devastadora noticia.
Vio a Alejandro y se sentó a su lado, no sin antes recibir un animado "Hola" acompañado de una sonrisa de dientes blancos del menor, sin evitar hacer una mueca tan tierna con sus ojos entrecerrandolos un poco y saludando con su mano.
Rubén solo se limitó a contestarle con la mano...
"¿Que tienes Rub?"- Pregunto el menor tomándolo de los hombros.
"Me mudare a Noruega..."- Contesto el ojiverde mientras miraba a su pequeño amigo...
Alejandro, poco a poco sus ojos comenzaron a cristalizarse por las lágrimas acumuladas en sus ojos marrones obscuros.
"¿Q-que?"- Tartamudeo el chico
"Lo que escuchaste Alex, me mudare a Noruega en una semana..."- Afirmó Rubén.
"P-pero, ¿Que pasará con todos nuestros juegos que aún no terminamos? Yo no soy muy bueno jugando al Crash Bandicoot ¿Que pasará con la casa en el árbol? No puedo terminarla sin ti ¿Que pasará con nuestros Girasoles? Te perderás cuando florescan" - Cuestionó el chico limpiándose las lágrimas que se esparcían por sus mejillas.
"Alex, no es cosa mía, mi mamá dice que a veces las cosas malas pasan porque dentro de unos días, meses e incluso años llegarán las mejores..." - Mencionó el de cabello marrón.
"Tal vez tú fuiste mi primer cosa buena que me costó más que un año encontrar..."
Alejandro era muy pequeño e inocente y sus compañeros se aprovechaban de el, golpeandolo, amenazándolo, quitándole sus cosas, entre otras acciones.
Hasta que Rubén llegó, después de varios años soportando ciertos abusos, llegó un chico nuevo, más alto que el, de cabello marrón, ojos verdes con tonos cafés, supuso que él sería el nuevo que le quitaría todo lo que tenía, pero fue todo lo contrario.
Lo defendía...
Lo quería...
Lo cuidaba...
Lo alentaba a seguir siendo el...
Lo amaba...
Todos creían que el amor, el cariño entre ellos era de amigos, pero había algo en el corazón de Rubén y en el de Alejandro que hacía que conectarán, no solo como amigos, si no como para ser algo más...
Pero eran niños y ellos no saben identificar ciertos sentimientos con ciertas personas, a veces se decían "Te amo" sin saber que conlleva esa palabra, pero en realidad lo hacían, se amaban.
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