Un psicópata mató a su madre, tras descubrir un secreto que lo dejó traumatizado desde muy pequeño dando un giro brusco a toda su vida ya que su padre murió de dolor, siendo fugitivo de la ley durante tantos años, la policía dejó de buscarlo y cerra...
Ya estaba acostumbrada al silencio incómodo que tenía de llegada su vecindario, escucha ruidos con alguien oculto chistándole pero no sabía quién era y eso lo hacía más aterrador cruzándole la tonta idea de seguirlo.
La lleva a unas cuantas cuadras de su casa llegando a un cementerio, era muy extraño pues no sabía que había un panteón cerca y camina en el sin rumbo alguno. Tropieza con unas piedras en la tierra quejándose en susurros, levantando la mirada encuentra la tumba de dos personas cuyos nombres fueron tachados.
Cassie termina por asustarse, corre vagando por la ciudad de tumbas sintiendo que las estatuas estaban vivas y que la miraban penetrando sus ojos en ella. Cansada, se sentó al pie de una capilla hasta calmarse y después decide irse pero antes fue sorprendida por él. -Tú- Dijo ella
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-Cassie, no debiste haber hecho lo que hiciste- El chico dando un paso hacia ella.
-Ya déjame, yo solo entre a tu casa nada más- Dio pasos hacia atrás alejándose de él.
La sorprendía tanto, teniendo las mismas características que del volante que vio hace días pero con una diferencia dándose cuenta que tenía una cicatriz en la mejilla derecha.
-Mark, ¿te golpeaban en prisión?- Preguntó
-No fue por mucho, ya que mataba a cualquiera que tocaba mi piel, ahora... ¡Es tu turno!- El, la toma del cuello apuntando un cuchillo hacia su garganta.
-¿Qué haces? ¡No!- Dijo Cassie pensando que tenía la muerte frente a sus ojos, pero no podía quedarse ahí sin hacer nada, así que lo patea en la entre pierna y sale corriendo mientras Mark se quejaba de dolor.
-¡Maldita!- Se levanta tras ella.
Se desplazaba con dificultad, solamente veía ramas retorcidas, en eso se sentía muy estúpida porque no traía ni siquiera gas pimienta para defenderse del psicótico pero lo que más le importaba era su vida así que continuó corriendo. -¿¡Cassie!? No escaparás... no puedo dejarte viva ¡morirás niña!- Decía el mientras la buscaba compulsivamente.
-Debo salir que aquí o moriré- Susurraba de entre los arboles escondida.
Ella, retrocedía esperando estar lo más lejos posible de él, allí se deja ver a sus ojos la salida que se encontraba a pocos metros sobre ramas pegadas al suelo. En eso comienza a caminar muy cautelosa, mirando en todos lados asegurándose de que Mark no esté cerca y tropieza con las ramas.
De pie levanta la mirada viendo al chico que le dice poniendo sus ojos macabros en ella. -¿Ibas a alguna parte Cassie Sking?- La toma de su ropa llevándola hasta los arbustos.
-¡Ya suéltame!- La chica lo muerde liberándose de sus brazos- ¿Qué quieres?
-Tranquila niña, yo solo vine a devolverte esto- Saca de sus bolsillos un llavero.
-Eso es mío- Dice ella.
-Ven, tómalo- De alguna forma hace que la chica acepte ciegamente lo que le proponía, pero luego toma su cuchillo queriendo encajárselo- ¡Te atrape!
Con mucha suerte desvía su ataque haciendo que rompiera una estatua que estaba de adorno en una tumba. La chica muy asustada se encontraba corriendo otra vez buscando algo con que defenderse, no había mucho tiempo para pensar ya que la perseguía.
Cae cerca de una tumba cubierta de hojas, en eso ve un palo de madera debajo, al intentar sacarlo se da cuenta que estaba atascado pero luego lo separa de la tumba abriéndose y viendo un cadáver en estado de putrefacción. Queda tan impactada queriendo gritar, cubre su boca escondiéndose entre los arboles con la escoba en sus manos.
-¡¿Niña!? No te preocupes no dolerá... bueno al menos a mí no- Dijo el chico mientras la buscaba. La chica aparece atacándolo en la cabeza dejándolo inconsciente.
Lo mira por unos cuantos segundos observando sus ojos cerrados, notó que su estómago tomaba aire con cada suspiro así que se va corriendo del cementerio. Viéndose muy agitada se agacha para tomar aire pues todo la tenía muy cansada y voltea mirándola a los ojos. -¿Cassie?
