Capítulo 17

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Narra Alan

Ha pasado un mes desde que Mark se fue, mi vida se ha basado en Netflix y helado mientras no me cambio del mismo piyama por una semana a menos a que mi madre me diga que huelo a mierda de perro. Lloro por cada cosa que me recordé a él, demonios, esto es tener un corazón roto?
Hoy solo me quede en cama no me preocupe si quiera por levantarme a desayunar ya ha comenzado el periodo vacacional de la escuela y por fin entrare a la preparatoria pero que seré sin Mark? Me siento vacío. Unos golpes desesperados interrumpen mis pensamientos -Pasa!- digo con voz desgastada y mi madre entra, son las 10:00 de la mañana y ella ya está arreglada, maquillada y seguramente ha desayunado antes de levantarme de mi burbuja de dolor emocional.
-No puedes estar así.- dice mi mamá suavemente a mi oído, acaricia mi pelo y hace un chino con sus dedos.
-Puedo, él se ha ido. - digo dolido
-Levántate.- dice con esa voz totalitaria que tienen todas las madres.
-No quiero.- y me tapo con todas mis sabanas haciendo un escondite
-Alan! - sube la voz y es suficiente para que me despierte por completo
-Baja a desayunar ahora, pero antes vete a dar un baño que parece que una manada de lobos vino a orinarte encima,Dios! - y se desaparece por el marco de la puerta- Por cierto...-da unos pasos atrás- tu chico ese que tanto lloras se fue a Cancún cierto?-
-Si. - digo sin ánimos antes de recibir el golpe de una chancla en la cara y el grito de meterme a bañar de una vez por todas.

El agua caliente relaja mis músculos, sin duda ha sido una buena elección haberme bañado, siento como todo sentimiento malo cae junto con el agua y se va por el drenaje. Agarro una toalla, cierro el agua y me seco, me veo al espejo, Dios! Me veo demacrado! Me ha empezado a crecer "barba" por decir tres pelos en cada lado de la cara. Rasuro esos vellos, me lavo mis dientes y quito el mal aliento para salir y cambiarme a darme un buen look bajo las escaleras y mi madre ha preparado un rico desayuno de huevo con jugo de naranja sin embargo debajo de el plato hay algo, un papel. Cuando me acerco me quedo congelado y abrazo a mi madre...
-Gracias...- medio lloro en su hombro
-Si, bueno tienes que apurarte, el avión despega en 3 horas. -

El vuelo duro una hora, vengo en el taxi, realmente estoy muy nervioso ya que no sé qué es exactamente qué le voy a decir al parecer vive en una clase de residencias en el centro de Cancún. El taxi se detiene , pago el importe y bajo, hemos llegado por fin a recuperar a mi chico, entro y toco el número 235 de los condominios. Y la madre de Mark es la que abre la puerta, no me sorprende que le exalte mi presencia en su hogar.
-Alan! Que...- se queda perpleja, creyendo que es un sueño- qué haces aquí? -
-Quiero hablar con Mark.-
-Oh! Claro, pasa, pasa... Como llegaste? Oh, espera... Mark! Tienes visitas, bueno más visitas!-grita la madre de Max creo que se llama Aura nunca estuve muy seguro. Espera, más visitas? Esto debe de ser una locura. He de haber llegado en mal momento.
Es una casa de mínimo 2 pisos ya que Mark baja de las escaleras y casi le da un infarto al verme. Lo único que se me ocurre soltarle es...-Sorprendido?- y esboza una leve sonrisa. - Podemos, hablar? A eso he venido... -
- Claro- se abre paso a una puerta que había detrás de mí y sale a lo que parece un jardín que también conecta con las demás casas. -Vamos. - y salimos por la puerta.

Me paro frente a él y empiezo...
-Mark, te extraño, te he extrañado cada día desde que te fuiste,lamentó haber sido un idiota contigo pero mis sentimientos hacia ti son sinceros, Te Amo.- no sé si le solté un conjuro de petrificación porque no muestra reacción alguna. Se ríe por lo bajo y me dice...
-Alan, lo siento, en serio? Por eso vendiste hasta aquí? Para "recuperarme"- haciendo énfasis en la última palabra- lamento esto, pero lo nuestro se acabo, fue un amor de secundaria, de esos que son hermosos pero tarde o temprano se terminan, creías que tú y yo viviríamos una vida juntos?- me suelta esas palabras que arden en todo mi ser. - Lo siento, pero Alan, abre tus ojos, tú y yo ya no somos nada.- y como por arte de magia se abre la puerta corrediza de la casa y sale una chica, muy apuesta.
-Amor, está todo bien?- dice la chica.
-Todo está bien- responde Mark- Por qué, algún problema?-
-Si, ya me voy...- dice la chica sin siquiera dirigirme la mirada maldita zorra, la odio.
-Esta bien, nos vemos- la toma de la cintura, la acerca y la besa lentamente en los labios, eso fue suficiente para que saliera de la casa, agarrara mi equipaje que había dejado en la sala salí corriendo, no quería saber nada de él, nada que tuviera que ver relacionado con él, me quería ir de allí en ese instante, me quería ir de Cancún ahora. No valía la pena, ya había venido hasta aquí para perderme de tan bello lugar solo por un idiota.Corro una, dos , tres cuadras hasta que mis pulmones empiezan a arder y siento que voy a morir, pero no lo haré, no por alguien que no vale la pena.

Marco los números de el hotel que encontré en internet y hago una reservación para hoy enseguida pido un taxi , subo a él y las lágrimas de tristeza y enojo salen sin cesar, tomó un pañuelo que me ofrece el chofer y trató de decir "Que amable" entre mis sollozos pero simplemente no lo logro, quiero pensar que vendrá detrás de mí, que dirá "Te quiero a ti, no a esa perra." Pero sé que eso no pasara.
Al llegar al hotel hago check-in en la recepción y me dan la habitación 325 en el piso en el piso 3, llego a la habitación y me quedo acostado, pensando en una simple pregunta ¿por qué? Y ese dolor en mi pecho, ese hueco en mi interior que solo me dan ganas no parar de llorar. De quedarme aquí adentro. Es atardecer y tengo vista al mar, una hermosa vista. Bajo por el elevador, camino descalzo por la arena suave de la playa el  sonido del mar en mis oídos, es lo único que puedo escuchar, estoy solo, hay unas gaviotas volando y graznando, doy unos pasos más hacia el mar y las puntas de mis pies se mojan con el agua del mar, tomo asiento en la arena y todo, mis pensamientos vienen a mi, se juntan en mi, todo me destruye por dentro, me come y ahora sí que empiezo a llorar. Varias lágrimas caen en la arena seca y cada lágrima derramada me da la esperanza de que el dolor se vaya, pero no lo hace. Oigo unos pasos detrás de mí, un muchacho se acerca cuando giro no es Max, solo es alguien, un huésped del hotel. Me tiende un pañuelo con una leve sonrisa de lastima en sus labios...
-Hola- es todo lo que dice entes de sentarse a mi lado
-Hola- esforzándome por limpiar mis lagrimas y dibujar una leve sonrisa en mis labios.

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