Capítulo 3

29 6 1
                                    

David despertó con un poco de gripe, pero, ¿qué era un poco de gripe?, si se sentía algo indispuesto, pero no permitiría que eso arruinara su día, era el último día de clase y no quería faltar, no quería perderse nada de lo que pudiera pasar ese día en su colegio ya que casi siempre sucedía algo que le subía el ánimo. David se levantó, por un momento se miró al espejo y dijo "David, lo lograste" sonrió y se burló de su mismo reflejo diciendo "que tonto te ves hablando contigo mismo" concluyó entrando a la ducha, al salir buscó su uniforme, se organizó y llegada la hora emprendió camino a su colegio; pero sin saberlo ese día, David estaba de suerte... Sucedió algo que él jamás esperaría, las directoras del colegio de Eidan habían hablado en el colegio donde David estudiaba para juntar a los grupos de ambos colegios para hacer la despedida juntos. Ya que en situaciones habían convivido como un solo grupo y sería mejor que lo hicieran por última vez.

De camino al colegio, David escucha que alguien lo llama, voltea y de sorpresa ve que Camila iba tras él.

- ¿Listo para la fiesta? Preguntó Camila

- En realidad, no, no sé qué pueda pasar allí. Respondió David

- Tranquilo todo estará bien, aquí nos separamos, ¡Suerte!

Sin más que decir Camila debía tomar un camino diferente al suyo, así que besándolo en la mejilla se despidió de él y así David siguió su camino al colegio. No le faltaban más de 4 calles para llegar, pero, de repente empezó a llover; David corrió por las calles para intentar llegar lo menos mojado, pero, decidió escampar bajo un toldo un rato para no mojarse más. Pasó un auto rápidamente sobre un charco que había en la calle y esto empapó a David de pies a cabeza. Ya no sabía qué hacer, estaba empapado totalmente y así no podía llegar al colegio. David tomó la decisión de volver a casa, cambiarse y tomar un taxi de regreso a la despedida. ¿Me dejarán subir mojado al taxi?, no, no lo creo. Se dijo a sí mismo. Entonces, emprendió camino de regreso a casa, por todas las mismas calles, pero esta vez empapado. Llegó por fin a su casa, nuevamente se bañó, y empezó a arreglarse nuevamente para ir lo más rápido posible a la despedida.

Ya iba 1 hora tarde, no quería perdérsela, pero por suerte saliendo de casa iba pasando un taxi, le hizo señas para que se detuviera, se subió y ya iba en camino. Todos en el colegio preguntaban por él, en especial Eidan, que sólo había ido porque necesitaba hablar con David.

Eidan decidió salir a la entrada del colegio, justo cuando iba abriendo la puerta para salir, David iba bajando del taxi. Ambos al verse quedaron sin habla, sólo sus miradas entrelazadas que decían más de lo que podrían decir con sus bocas. Ninguno sabía qué hacer, qué decir, David nervioso se dio la vuelta para pagarle al hombre del taxi y nuevamente fijó su mirada en Eidan. Estaba completamente hermoso, su traje, su rostro, era el chico perfecto; al parecer David no era el único que lo pensaba.

- Estás hermoso. Dijo Eidan. David no sabía qué hacer y sólo dijo – Tú más

Eidan soltó una pequeña sonrisa a David y este inmediatamente se sonrojó y de tanta pena que le dio, se dio vuelta y quedó viendo hacia un pequeño parque que quedaba justo al frente. Eidan cogió su mano por atrás y le susurró al odio, "ven conmigo". David sostenido de la mano de Eidan se dejó guiar hasta aquél parque, al llegar Eidan se sentó en una desaliñada banca bajo un hermoso árbol. Eidan no quería seguir así y se arriesgó a romper el hielo.

- ¿No piensas sentarte?

- No, aquí, aquí estoy bien.

- Anda David, siéntate

- No, no puedo

- ¿Por qué? ¿Acaso es malo?

- No es eso Eidan, sólo que podrían vernos

- No lo harán, desde allá no se ve este lugar, por eso te traje aquí

- ¿Cómo? ¿Qué pretendes hacer? Lo mejor es que me vaya.

- No David, por favor, quédate, estuve esperando toda la noche por verte

Todo quedó en silencio, David lo miró fijamente, se sentó; pero, dándole la espalda a Eidan. David no se sentía cómodo, sentía que Eidan jugaría de nuevo con él y de la rabia que tenía empezó a llorar.

- David, ¿Te pasa algo?

- No, no es nada

- Anda dime, ¿qué pasa?

- ¿En serio no lo sabes?

- No, no lo sé. Dime...

David se volteó con su cabeza mirando al suelo y dijo "Te amo, pero tengo miedo". Eidan no supo qué responder al instante, esto lo había tomado por sorpresa.

- David...

- No hace falta que digas algo, sé que tienes novio

- Pero, David, hay algo que yo también debo decirte

- ¿Qué me dirás?

Eidan tomó suavemente el mentón de David levantando su cabeza hasta que quedaron viéndose fijamente a los ojos, secó una lágrima que caía por su rostro, y sin poder contenerlo más dijo "David, yo también te amo". David no podía parar de llorar, no quería creer lo que había escuchado, pensaba que todo sería nuevamente un juego, pero esta vez no sería así. Eidan quería más que sólo decirlo, así que sin David esperarlo Eidan se acercó a él y lo besó, David no pudo resistirse, lo amaba, le gustaba sentir cómo Eidan lo besaba, sentía que nunca nadie lo había besado de esa manera y eso lo hacía único. Pero no, David separó la boca de Eidan de la suya y se levantó.

- Eidan, ¡no de nuevo!, esto está muy mal

- Pero, ¿por qué?

- ¡Porque tienes novio!

David concluyó todo diciendo eso y se dirigió a la despedida, ya que ni había podido entrar por culpa de Eidan, pero, antes de entrar vio que Eidan salió del parque, se montó en un auto y se fue. No sabía a dónde iba o qué iba a hacer, pero él no se iba a amargar la noche por su culpa, entró a la despedida, saludó a todos y empezó a festejar con sus amigos. 

Dear CrushWhere stories live. Discover now