『30 días de esclavitud』- «FoxTrap» (+18)

Día 1

— Perdiste el reto, hací que ahora tienes que ser mi esclavo por veinte días,  me intentaste dejar inconsciente, diez días más. En total serás mi esclavo por treinta días.

El mayor gruño y se cruzó de brazos — No lo haré, es una tontería.

El mayor en altura rodó los ojos, a veces se sorprendía de lo terco que llegaba a ser su bro.

— Que mal perdedor eres, y ya duerme que mañana empieza el primer día. — El pelimostaza bufo y se lanzo a su hamaca, mientras que el pelirrojo se desmayaba en el sofá.

[• • •]

5:00 AM y Foxy se encontraba sacudiendo a estropajo para que despertará.

— Spring, ¿Que tiene cuatro patas y no esta vivo?

— La mesa — Le respondió adormilado.

— Bestia — El mayor abrió los ojos como plato, mientras se incorporaba asustado.

— ¿Qué le pasó a Bestia? — Preguntó con ojos llorosos.

— Nada, era una broma. Y ya despierta tienes que hacerme el desayuno.

El rubio lo miró unos segundos, antes de volverse a recostar.

— Dile a tu horrible novia que te cocine.

Quizás no debió presentarle a Chica, y no lo volverá a hacer por un tiempo, tal vez nunca.

— ¿Quien perdió el reto?

— No tengo cocina, no se cocinar y no tengo ingredientes.

— . . . — El mayor soltó un gruñido y sin importarle que Spring estaba en bóxer lo cargo como un costal de papa.

— E-Espera ¿A donde vamos? — Tembló ligeramente al sentir el viento mañanero en su piel.

El ojiámbar tomó una manta y con eso cubrió el cuerpo del estropajo.

— ¿Por qué éstas caminando hacía la puerta? — Su voz salio temblorosa. El menor atravesó la puerta y salio hacia fuera, donde estaba aún oscuro y frío, sin la presencia del sol.

El mayor se aferró al marco de la puerta, pero fue en vano, el pelirrojo le ganaba en fuerza. Solo me quedaba una ultima opción; patalear.

— ¡Sueltame, pervertido! — Con sus puños golpeó la espalda de su brother.

El ojiámbar  ❝Accidentalmente❞ tocó el trasero del otro. Quien se sonrojo y dejo de hacer tanto escandalo.

[• • •]

10:00 AM y cierta chica estaba de chismosa.

— No se que esta pasando aquí, pero creó que me gusta. — Murmuró la albina de ojos ámbar, a la vez que veía por la puerta entreabierta.

— ¡No me voy a poner eso! — Gritó el rubio, mientras que posaba sus pies en el vientre de Rojo, sin hacerle daño, solo alejándolo.

— ¡Es tu uniforme de esclavo!

— Pendejo es un traje de maid