1. Trabajo nuevo

32.5K 803 157
                                    

— ¡Carla! Mesa tres—. Gritó mi jefe.

— Voy.

Trabajaba en un bar en El Centro de Madrid, lo que ganaba en el bar, lo usaba para mis estudios académicos, aún que mis notas fuesen excelentes no había conseguido una beca en la universidad que quería en Madrid, así que tendría que pagarme la carrera y era mucho dinero.

Vivía en la casa de mi hermana y su novio. Ellos habían insistido en ayudarme a pagar la carrera, pero me negué rotundamente, bastante que me dejaban vivir allí. Nuestra madre murió cuando ambas éramos muy pequeñas, y mi padre desapareció cuando Noa cumplió los dieciocho años y yo dieciséis . Han pasado 5 años desde entonces.

— ¿Qué va a tomar? — Le pregunté al hombre con traje que estaba en la mesa.

— A estas horas del día... Póngame un café con leche y hielo... y un donut.

— Perfecto, en nada se lo traigo.

— Gracias—. Me marché bajo su atenta mirada.

Al cabo de cinco minutos, fui a darle el café, pero tropecé con el bastón de Don Juan, un cliente habitual.

— Mierda—. Susurré levantándome. Se me había caído el café encima. Me acerqué a su mesa. — Ahora mismo le traigo otro. Perdóneme.

— Nada. No tengo prisa.

— Gracias—. Le sonreí amablemente.

Fui a un cuartito a cambiarme la camiseta, cuando llamaron a la puerta. Entró mi jefe.

— He contratado a una palurda. ¿ Tan mala eres que se te caen hasta dos cosas?

— Me he tropezado con el bastón de Don Juan.

Me agarró y tiró de mi pelo.

— Como la cagues otra vez, te vas a la puta calle. ¿¡ Me has oído!? — Tiró más fuerte y asentí.

— Ahora vete a hacer el café de mierda. Que por cierto, te lo restare del sueldo—. Asentí sin ganas y salí afuera a preparar el café al hombre.

El resto del día marcho bien. Cuando acabó mi turno, cogí un autobús y me fui directa a casa.

— ¡Ya estoy en casa! ¡Espero que no estéis haciendo nada!

Antoine apareció de la cocina.

— Qué va, tu hermana a ido a comprar, ni que fuésemos como los conejos—. Rió. — ¿Qué tal el día?

— Bah, normal... Ya sabes—. Comenté sentándome en el sofá. — ¿Tu?

— Cansado. El cholo hoy a metido mucha caña para el partido del sábado.

— Me imagino.

Estuvimos hablando un rato más y decidimos preparar la cena cuando Noa llegó.

— Mmm... Has comprado Nutella...

— Sí, pero es mía cuñado. Tú no puedes comerla, si no te pondrás gordo y el cholo no te sacará—. Comenté sacando la Nutella de La Bolsa.

Por contrato {Marco Asensio}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora