sofia y el juego del mago

primer capitulo

                                                         flores secas

Sofia despertó abriendo esos hermosos ojos color verde esmeralda de unos de los sueños más profundos y tranquilos que alguien haya podido tener. Medio soñolienta se incorporo de pie en ese autobús en el que reinada la soledad, cuando al salir los rayos del soy iluminaron sus rojizos cabellos y a la distancia pudo observar a un pequeño grupo de compañeros sentados en el  costado de la carretera. Mientras se acercaba divisaba a su compañera fumando y a los demás en conversaciones sin sentidos y poco practicas. Al llegar y estar frente a ellos el humo que salia de la boca de aquella muchacha se mezclaba con el aire realizando pequeñas neblinas para los ojos de Sofia cuando pudo ver sin obstrucciones  observó la escena del un beso tan apasionado que le produjo asco  por tan increíble succión de labios y ese pequeño babeo de las bocas de los protagonistas como gran final. ¿Era necesario esa muestra de cariño exagerado?  Pensó cuando se daba media vuelta.

El sol golpeaba su blanca y pálida piel que no se encontraba acostumbrada. Sofia buscaba una sombra y para su propósito bajo una  colina que se encontraba en todo el  costado de la carretera. Al mirar así arriba podía observar a sus compañeros los cuales no le daba importancia a su presencia. La sombra de los árboles frondosos del lugar daban excelente refugio para la pequeña muchacha. El tiempo pasaba y Sofia se arrepentía de a ver asistido a la excursión que había quedado varada aparentemente por problemas técnicos a la muchacha realmente no le preocupaba donde se encontrara su profesora probablemente se encontraría tratando de buscar un auxilio para el autobús junto a sus compañeros faltan tes. A su alrededor y no muy lejos  observo unas hermosas rosas rojas silvestres, las cuales decidió ir a cortar pero para ello se introdujo dentro del bosque mientras arrancaba las flores se podía escuchar el corres del agua de un río cercano.

—¿Por qué cortas mis flores?—dijo una vos detrás de ella 

Sofia se dio vuelta y supo inmediatamente quien era la pequeña niña de unos 8 años, junto a ella  de cabellos negros y ojos marones como gato 

—Cristin ¿dónde está tu mamá?—pregunto sorprendida de verla 

—ven conmigo— dijo la pequeña caminando rápidamente

Cristina era la única  hija de su profesora la cual comúnmente era muy callada pero esta vez mientras caminaba a toda prisa por el bosque cantaba una canción a fuerte vos y muy alegre La pequeña de cabellos largos y piel blanca la condujo hasta el río el cual paso velozmente dando grandes brincos entre las piedras del lugar 

—¡por aquí!, ¡por aquí!—dijo con una gran sonrisa en la boca al otro lado del rió

 Preocupada y  temerosa de estar perdida porque se habían alejado bastante de la carretera Sofia estallo de rabia 

 —Aquí no hay nadie Cristina— ¿A dónde me trajiste?— grito enfurecida

—¿Qué? Yo no soy Cristina—dijo la pequeña niña 

—Deja de jugar y volvamos —expreso muy enojada Sofia dándose media vuelta

—¡Quiero a mi mamá!—grito Cristina llorando a fuerte vos

—Está todo bien, no llores por favor—pronuncio Sofia mientras trataba de cruzar el río arrepentida de haberle gritado anteriormente.

Mientras pisaba las piedras resbalo cayendo muy cerca de la orilla lastimándose el tobillo, cuando levanto la mirada Cristina se alejaba corriendo desapareciendo entre los árboles. No la alcanzaría, no con el tobillo lastimado. Sofia se encontraba caminando por un oscuro bosque y sólo su sombra la seguía. A lo lejos entre los altos árboles sobresalía una torre inmediatamente pensó que encontraría ayuda en aquel lugar hasta incluso su profesora y compañeros era su esperanza y con toda prisa se dirigió asía ese lugar.