✈Prólogo

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19 de Julio del 2010

     —Larina, sabes que debo ir allá para poder sustentar a esta familia. Eres el amor de mi vida, lo sabes, y haré todo lo posible por regresar rápido —dijo besando mis labios sutilmente.

Arrugué la nariz y lo alejé.

—No creo que sea el amor de tu vida cuando sales de la casa en la madrugada y no me dices el por qué —gruñí levantándome del sofá bruscamente.

—Cariño, no sé en qué piensas cuando hago eso pero juro que no es nada malo —alegó tratando de tomar mi rostro entre sus manos, cosa que no le permití y me alejé tres pasos de él.

—Quiero que me digas por qué sales en la madrugada y no me dices nada —exigí cruzándome de brazos.

En su rostro se formó una leve sonrisa y miró hacia el techo sin dejar de sonreír.

—Nena, no sabes cuanto me encantaría decirte, pero es algo que he planeado desde que nos casamos y quiero que sea sorpresa —explicó tratando de abrazarme, más nuevamente lo alejé.

—¡Mentiroso! —grité molesta.

—Mi amor, no te estoy mintiendo. Prometo que cuando regrese trataré de finalizarlo más rápido para que veas que no te miento —dijo preocupado.

Aparté mi vista de él y señalé la puerta antes de decir las palabras que me han torturado desde que lo perdí.

Vete, no atrases el viaje.

Antes de perderte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora