Ella quería lucir como las modelos inglesas, su sueño era brillar como las estrellas y deslumbrar a todos con ese bonito vestido rojo sin sentirse inconforme.
Soñaba con ser la melodía perfecta de las canciones románticas, y viajar por todo el mundo hasta que no lo quedara ni un solo rincón por descubrir.
Tan soñadora que retrasaba el reloj para llegar temprano a sus citas, donde ilusionada esperaba por aquel chico que la tomase de la mano y la hiciera olvidar todos sus miedos.
Verla distraída mirando a las montañas era la forma más preciosa de dejar que el tiempo se fuera volando.
Mirando fijamente el libro donde dibujaba al príncipe azul que tanto anhelaba, aquel que sería tan fiel a sus ojos marrones, que le escribiría mil poemas de amor y viajaría miles de kilómetros solo para verla despertar en las mañanas con su taza de café preferida.
Dicen que los escritores dejan parte de su vida en lo que escriben, y entonces, su nombre está marcado con tinta permanente en el corazón de aquel chico que la observa como si fuera la estrella con la luz más bonita jamás vista.
Pero el mundo dejo de girar cuando ella miró el océano en los ojos del pequeño viajero y sonrío, mientras él con el corazón a punto de estallar pensaba; ojalá me esté sonriendo solo a mí.
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Escritos Rotos
General Fiction"Y me sacaste muchas sonrisas pero aquel día me hiciste tanto daño incluso más grande que las sonrisas anteriores" "Crié mis propios cuervos y un día me sacaron los ojos" Todos los derechos reservados©