🌟Parte única🌟

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No puede entender lo que le está sucediendo. Simplemente prefiere evitar todo lo que está mal, dejándolo al olvido y así sentirse menos culpable de sus crecientes pensamientos poco coherentes.

Pero al parecer no será posible mantenerse al margen de lo que sea que evita cuando divisa a su pequeño problema, Park Jimin, el niño que lo trae confundido desde que lo conoció.

Jungkook ha hecho de todo pero nada funciona. Ha dejado de visitar la casa de los Park por el simple hecho de que el pequeño Jimin lo trae tan afectado. Lo peor es no saber cómo lidiar con aquello. Es la primera vez que siente algo tan fuerte que le asusta, le asusta perder la cordura.

Porque no es normal lo que siente cada vez que está próximo a ese pequeñín. No puede dejar de pensar en los hermosos ojos y esos pequeños pero carnosos labios rosados que posee. Las ganas de acariciarlo o besarlo nunca disminuyen y sólo logran incrementar con fulgor.

Eso no está nada bien. Porque aunque haya intentado borrarlo de su mente no puede hacerlo. Jimin es menor que él y eso le impide cualquier acercamiento que implique sus propios deseos. Ya está decidido, lo olvidará.

Pero entonces ve como ese pequeño rubio camina hacia él y se siente el hombre más afortunado por recibir el interés de aquella bella criatura.

Pero está mal, se lo repite una y otra vez mientras huye a la dirección opuesta de su pequeño amigo. Sabe que eso hará sentir triste al pelirrubio, pero prefiere mantenerlo a salvo, lejos de sus emociones inestables.

Ya ha logrado esconderse entre la multitud. Sabe que fue una muy mala idea asistir a la fiesta de Taehyung, el hermanastro de Jimin, pero lo hizo. Es el mejor amigo de Taehyung, no puede simplemente no asistir. Aunque de cierta forma quizá también haya asistido por el simple hecho de extrañar al pequeño Park. Pero ya lo vio, es suficiente.

—Amigo, quita esa cara.—Hoseok, su amigo y socio con el que decidió asistir lo mira divertido.

Él lo ha visto huyendo como un cobarde y es algo inusual de ver siendo Jungkook uno de los socios más importantes de las telecomunicaciones Jeon, el correcto joven que nunca muestra flaqueza ante nadie. Es el hijo más joven pero es el elegido para heredar aquel imperio Jeon que su familia ha construido desde varias anteriores generaciones.

A Jeon Jungkook no se le permite mostrar debilidad ante cualquier ser humano, ni siquiera con sus padres. Pero entonces está el pequeño rubio que desata esas sensaciones como si fuera un adolescente hormonal. No sabe como dejar de reaccionar cada vez que ve a Jimin. ¡Él es todo un hombre de veintidós años! ¡Por amor de Dios que no es un niño de cinco años!

—No tengo otra—se excusa sabiendo que es una insignificante mentira. Intenta suavisar un poco su rostro y nuevamente construye su propio muro indestructible.

—Jungkook. ¿Qué te sucede? ¿Acaso has visto al pequeño Jimin?—Las palabras de Hoseok rompen su muro construido y quiere desaparecer tan pronto de ese lugar. No es bueno mostrarse débil como el hijo de los Jeon, tampoco cree correcto sentirse débil ante un lindo Jimin. Aunque parece que no puede evitarlo pues el pecho de Jungkook se acelera con la sola mención de su adorado pequeño, logrando mostrar una bella expresión de un joven acorde a su edad y no la fría mirada que debe mantener ante la sociedad. Jimin lo vuelve humano, consciente de que tiene sentimientos como cualquier persona.

—Más bien acabo de huir de él—finalmente confiesa.

Hoseok sabe lo que él siente por Jimin y lo duro que ha trabajado para intentar quitarlo de su mente. Lo ha visto probar de diferentes formas pero no lo consiguió, él sigue tan afectado como la primera vez. Se siente indefenso ante el pequeño rubio cuando debería ser todo lo contrario.

Kérem » Kookmin OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora