Salgo de mi habitación, a las seis de la mañana nadie está de buen humor, sobre todo yo. Sobo mis ojos tratando de que mis parpados no sean tan pesados y cuando los vuelvo a abrir me encuentro mirando toda una constelación; rio torpemente al ver lo patética que puedo llegar a ser, mi cabello castaño que llega por mis hombros esta alborotado, haciéndome lucir desorganizada y relajada, cosa que no estoy. Hago una mueca cuando veo que con mis dedos no puedo peinar mi cabello, es imposible...
Me siento cansada y enojada por no tener un lindo cabello, o al menos uno suave y manejable. Escucho como el auto llega y miro alarmada mi ropa, aún sigo en pijama. Salgo corriendo y me pongo rápidamente a buscar el uniforme del instituto. Me quito el pantalón con adornos de manchas de vaquitas y me coloco fugazmente las medias y la falda. Me coloco los zapatos en un santiamén de segundo y me saco rápidamente la camisa, al hacer esto, lo poco que pude acomodar del desastre de mi cabello vuelve a la posición inicial, súper mega arrebatadamente alborotado.
Miro con un gesto de fastidio y no pienso peinarme, coloco mi camisa y salgo corriendo al baño, cepillo mis dientes y voy escupiendo la crema por el camino, agarro mi bolso y salgo por la puerta principal. Cruzó los jardines y llego hasta el vehículo, John abre la puerta y entro.
Vamos tarde, lo sé.
...
Cuando llego al instituto, saludo a mi mejor amiga Sophie con la mano y paso derecho al salón de música, donde el profesor es mi hermano. Sin tocar entro y me encuentro la sorpresa de que mi hermano no está, si no otro muchacho. Está concentrado en unos papeles hasta que siente mi presencia y voltea. Sus hermosos ojos conectan con los mío y mis mejillas arden y abro los ojos exageradamente, parezco un monstruo, ya que tengo los ojos grandes.
¿Yo sonrojada? Eso es imposible.
Con la cabeza agachada sumisa en mis pensamientos, escucho el sonido de sus pasos acercarse hacía mi, abro la boca sorprendida y el sonríe de lado. Tiene una preciosa sonrisa. La cabeza me duele porque siento que esa sonrisa es más íntima de lo normal, además de que es de parte de un extraño. Inconscientemente le devuelto la sonrisa.Así todo comienza, nuestra aventura, nuestras risas, nuestros abrazos, nuestro amor... Pero no todo es como un cuento de hadas, tristemente, y los obstáculos se atraviesan en nuestras vidas imperfectamente llenas de amor. De un tiempo para acá Lucas y yo no nos volvimos a ver tan seguido como antes, y ahora, justo ahora... no estamos juntos, como parejas ni como nada.
Los botones del ascensor por la mañana hacen un silencio extraño, son siempre tan serios, me da ganas de ir por las escaleras, me viene vagamente a la mente un recuerdo donde los protagonistas éramos Lucas y yo. Si él estuviera aquí, nos reiríamos de sus miradas vacías, pero en este momento, mi tiempo es de ellos, estoy igual que ellos ahora, con una mirada vacía.
Pareciera y es como si hubiera siempre alguien que lo desaprobara, ellos juzgan como si nos conocieran y el veredicto viene de aquellos que no tienen nada que hacer.
Pero mi elección eres tú. Río con tristeza al recordar las frases que le decía a Lucas cuando alguien nos miraba así, y pensaba que era imposible que fuéramos pareja.
" —La gente tira piedras a las cosas que brillan, y la vida hace que el amor parezca difícil. Es mucho lo que está en juego, el mar está picado... pero este amor es nuestro. Y ellos no podrán evitarlo."
Nunca se sabe lo que la gente guarda en la manga, los fantasmas de su pasado van a saltar delante de mí, recuerdo a esa chica... Acechando en las sombras con sonrisa de brillo de labios. Pero no me importa, porque ahora mismo tú eres mío, o eras... Recuerdos vuelven a asechar mi cabeza y revivo aquel momento cuando repetiste las mismas palabras que yo te dije:
" —La gente tira piedras a las cosas que brillan, y la vida hace que el amor parezca difícil. Es mucho lo que está en juego, el mar está picado... pero este amor es nuestro. Y ellos no podrán meterse."
Luego yo te respondo agarrando tu mano fuertemente y plantando un beso en tu mejilla:
— Y no les corresponde a ellos reflexionar si está mal y, tus manos son resistentes, pero son conscientes, de que me pertenecen. Combatiré sus dudas y te daré fe.
Porque Lucas... me encanta tu brillante sonrisa, y las adivinanzas que dices. Y cualquier vil comentario de mi padre sobre tus tatuajes, será ignorado, porque mi corazón es tuyo.
Inclino la cabeza a un lado y lo veo entrar al elevador, solo estamos él y yo. Lo miró de reojo, no puedo creer que justo ahora que pienso en él, aparece. Está comprimiendo una sonrisa, lo sé porque lo conozco mejor que nadie, ese hoyuelo que está en la mejilla izquierda significa que no puede aguantar más, y como ya lo dije, estalló en una carcajada, dulce y angelical, al mismo tiempo rebelde y salvaje como es él.
—La gente tira piedras a las cosas que brillan, y la vida hace que el amor parezca difícil. Es mucho lo que está en juego —dice despacio Lucas y se acerca lentamente a mí.
—El mar está picado... pero este amor es nuestro —completo la frase antes de pegar mi frente en la suya. Mis ojos conectan con los de él, siento el apretón de su mano en mi cintura y me acerco más a él, haciendo que inconscientemente abra un poco la boca permitiendo el paso de la suya.
Él separa más mis labios y nos fundimos en un beso, donde demuestra que, este amor... es solo nuestro.
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Our Love - Adaptada
Short Story¿Por qué nadie nos quiere juntos? Si nos amamos, ¿eso no es lo que importa? ...