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SeHun siguió su rutina, no hubo muchos cambios entre esos días últimamente. Y agradeció eso. Fueron sus primeras vacaciones que tomó en un periodo de 4 años. Su última película en China había sido estrenada y las promociones finalizaron, y lo único que pensó es que tenía un mes más para seguir descansando del mundo.

Su departamento era tan grande que a veces sentía que necesita un lugar más pequeño, después de todo era sólo Vivi y él. Arrastró los pies por el pasillo que llevaba a la habitación principal, mientras llevó un bol lleno de golosinas, un lujo que podría darse ahora que estaba lejos de la mirada pública. Subir dos kilos, tener un par de imperfecciones en su rostro y poder sentirse liviano de la presión.

Pasó cerca de la ventana y miró un automóvil pasar, lo que hizo que diera un salto. Con pánico corrió al cuarto donde se monitorizan todas las cámaras instaladas, observó cada una a detalle. No había nadie acechando y suspiró al darse cuenta que este día también estaría libre de personas que querían invadir su privacidad. No deseaba volver a cambiarse de departamento por sentirse acosado, observado, cazado.

— Anda Vivi, vayamos ver alguna película —, le habló a su fiel perro que caminó a su lado.

No tardó mucho en recostarse en su cama y que su fiel compañero se subiese a su lado y buscará caricias bajo sus manos. SeHun agradeció tenerlo. Sintió que se volvería loco de soledad sin su perro. A veces sentía miedo, un miedo que le recorría cada célula del cuerpo. Su perro distaba mucho de ser un cachorro con energía, era ya es un perro viejo que tenía más de 10 años y que podría morir en cualquier momento. Su corazón se sobresaltó ante ese pensamiento, pero no podía evitarlo.

Pasaron 10 minutos, y lo que sea que estaba sucediendo en la pantalla no era su asunto. Se perdió en sus pensamientos. Había pasado tanto tiempo desde que compartió su cama con alguien. Tuvo ocasión y ofertas a montones, aún a pesar de que EXO había terminado y que fuese un actor, muchas de sus fans que habían crecido con él, ya no eran más niñas, tampoco los chicos. Él tampoco era un niño. Sólo faltan dos días para que cumpliera 34 años, y se seguía preguntando si esto es el precio a pagar por la fama y el dinero.

La mayoría de sus ex compañeros de grupo estaban casados y formado familias. Otros seguían solteros pero en relaciones que pintaban para ser algo más que noviazgos. Él era el único que no se encontraba en ninguna relación seria. Había tenido amantes ocasionales, cuerpos para satisfacer los instintos primarios y salidas particulares para sobrellevar la soledad y detener los rumores, sobre todo estos últimos. La homosexualidad no era algo particularmente novedoso en el medio del entretenimiento, al menos no los últimos años pero eso no significa que Corea diera un paso más para aceptar y tolerar, al contrario, el gobierno y las personas –adultas en su mayoría- seguían persiguiendo y destruyendo carreras por lo que los artistas llegaban a amar.

El caso más sonado había sido algo cercano a él. Hacía sólo dos años atrás, cuando él terminó su servicio militar y daba su gira de despedida con EXO. Un mes luego y todo lo demás había sucedido tan rápido que apenas había tenido tiempo para entender a los periodistas y fans que se amontonaban fuera de su casa. Su manager esperaba por él, junto con dos guardias de seguridad.

Flash Back

— MinSeok ha dejado definitivamente SM y se ha marchado del país — habló el manager, mientras trataban de alejarse del lugar en una camioneta a toda marcha.

— ¿Del país? Era de esperarse que no renovara su contrato pero marcharse así sin más — contestó sin entender del todo a donde iba la conversación. Ya había vivido esto tres veces, con la salida de sus compañeros chinos, aunque no había visto tantos periodistas en aquellas veces.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2017 ⏰

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