*¡cling!*
"Tiene un mensaje nuevo. Enviado a las 3:17 a.m.."
— <<Hey, soy yo, tu amigo Kyle. Hace mucho que no hablamos, huh? Desde que me fui de vuelta a mi país ya no hablamos como antes. Pero aun con tu ausencia, eso no significó que el mundo se hubiera parado (aunque me hubiera gustado).
Pasaron demasiadas cosas en estos últimos meses y podría contártelas ahora mismo, pero entonces ya me quedaría sin temas de los que hablarte.
Cinco meses... Quién dirá que es poco tiempo. Nunca pensé que llegaría a decir que extraño a alguien (que si no te has dado cuenta, ese alguien eres tú).
Me gustaría recomendarte una canción, se llama Dust in the Wind. "All we are is dust in the wind~~". Ya sabes que me va la música de esta época. Esta canción en concreto me encanta, me recuerda... que todos... hagamos lo que hagamos, sólo seremos polvo en el viento.
Perdón, me puse existencial, me pasa con mucha frecuencia últimamente.
Quiero contarte una historia que pasó hace alrededor de un mes. Estaba en el cementerio, en frente de una iglesia, también estaba ahí toda mi familia. Estaban todos vestidos de negro, había ramos de flores, coronas de flores, velas... y estaban todos muy tristes. Yo intentaba consolar a mi mamá, aunque no me respondía. Debía de ser alguien muy querido, que su perdida le haya dolido tanto que no me pudiera ni hablar.
Esa mañana fue ella la que nos despertó a todos para ir allí, bien triste. No dijo que nos vistiéramos de negro, así que eso hice. Me extrañó que no me hubiera dicho nada en esa mañana. Cuando salimos me di cuenta de que estaban todos muy elegantes y muy tristes. No tenía ni idea de que pasaba, pero tampoco pregunté. Esas dudas se aclararon cuando llegué al funeral.
"Oh... Kyle...", escuchaba a mi madre entre sollozos. Sentía que buscaba mi apoyo así que eso hice. Por algún motivo también vinieron varios amigos íntimos que tenía en ese país, y algunos compañeros de mi clase con los que no me llevaba tan bien. Le pregunté a varias personas qué estaba sucediendo, pero todos parecían demasiado tristes como para contármelo. Veía a la gente llorar, esperando a la entrada de la iglesia, llegué a sentir empatía, además nadie me había dicho de quien era el funeral. Sería de alguien querido? Para mi familia y mis amigos? Algún maestro muy querido? El profesor de música tal vez.
Ya parecía que iba a empezar la misa del difunto. Entramos todos muy juntos en la iglesia y me senté adelante junto con mi madre y mis hermanos. Me pareció ver a mi padre también, en la otra fila de bancos, roto, destrozado, culpable. Me puse a pensar que normalmente en primera fila se sientan los familiares directos a la persona que ha muerto, y no se me ocurría quién podría ser porque estaban todos ahí. No faltaba nadie.
Un cura apareció de detrás de una cortina y se acercó al atril donde tenía lo que tenía que decir y todo eso. "Hoy estamos aquí reunidos para despedir la joven memoria del difunto..."... Fue en el momento en el que dijo el nombre del muerto cuando me di cuenta de que el funeral... era para mí.>>
