unico U-U

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CRÉDITOS: Diabolik Lovers y sus personajes no me pertenecen, si no a mi amado Rejet, yo sólo uso a sus rikolinos personajes para mis perversiones Yaoi. Si, un harem inverso versión homosexual, que normal soy.

NOTA: No es que me crea gran cosa pero se de casos en los que te plagian el fic, así que agradecería que no lo atribuyan como suyo y si lo usan me den crédito, muchas gracias...Mi saludos y disfruten.

Pd: el vídeo de arriba es en el que se inspiro la autora
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Lujo, ostentación...Máscaras.

Si, podría decirse que estaba acostumbrado, obviamente al igual que todos los que allí irían. Y en ese lugar no había cabida para simplezas; joyas, trajes de etiqueta, el mejor servicio de catering, todo el combo completo para una velada mágica...O aterradora. ¿De eso trataba Halloween, no?. Pero los millonarios siempre iban a su manera, en vez de un buen disfraz de zombie, todo era reemplazado por un smoking, o unos buenos zapatos de taco que costarían lo mismo o más que una casa en el sector mas exclusivo de Japón, o incursionando mas, en el mismísimo Tokyo. Caminó los pasos necesarios, haciendo que estos sonaran refinados lo justo y necesario aun si era por inercia. Subió a la limusina y las luces de la transitada y viva noche brillaban por el reflejo de aquel limpio vidrio del lujoso auto. Personas con disfraces pasaban de largo una y otra vez hacia atrás, a medida que el el cambio se ponía en tercera y el acelerador era apretado con calma. Parpadeó hasta indirectamente toparse con sus ojos azules, tan característicos por esas pequeñas lagunas grises que aparecían confundiendo a los espectadores que a veces se quedaban hipnotizados con su mirada. Respiró profundo, si hubiese tenido esa mínima oportunidad de rechazar la invitación y aun así quedar bien con toda la aristocracia, lo hubiese echo. Pero ahí estaba, ante lo irremediable, con su traje negro de hermosos bordados grises en la solapa de este que formaban diferentes figuras estilizadas y jugaban entre si armando un precioso decorado...Un arete pequeño en uno de sus delicadas orejas brillaba repleto de oro y sus largas pestañas ensombreciendo ese pálido rostro revoloteaban de aquí para allá en busca de algo interesante. Mas bordados se situaban en la manga del fino saco que costó unos cuantos miles de dólares, viajando por alrededor de unos botones que parecían de bronce por su estilo opaco, pero que claramente ante ojos de un buen observador, eran de oro. Un pantalón, casi ceñido a sus largas piernas era de color básico, solo los mismos bordados del saco caían mucho mas sutiles por el pliegue de sus costados en linea recta hasta chocar con unos zapatos más que brillantes por su lustrado de un cuero mas negro que aquella noche. Un mechón de su cabello cayó y lo recogió, dejando lucir la manga blanca de volantes y estilo victoriano que sobresalía por la manga abierta del saco y un anillo de oro que parecía ser de los antiguos, pasados de generación en generación, con el sello de alguna familia de sangre azul. Su pié repiqueteo en el revestimiento aterciopelado del suelo en aquel auto, mientras este iba frenando. Su mano, que estaba siempre apoyada en el asiento, ascendió hasta su rostro con una máscara. Negra, resaltaba sus hermosos, nublados y enigmáticos orbes. Se la colocó, esta haciendo juego con todo su vestuario tenía incluida en brillantes unos toques grisáceos que se esparcían alrededor de todo el objeto con unos listones suaves que servían para atarse detrás. Estos cayeron cuando el moño detrás de su cabeza fue formado, apresando el cabello negro que allí se encontraba. El chofer bajó y le abrió la puerta, este bajó y se encontró con la enorme mansión.

Si, que recuerdos...Hasta cierta molestia, nostalgia y rendición le vinieron agolpados a la mente, esa mujer, por quien tanto había luchado muy a su manera, ya no estaba con él. En realidad no es como si Yui Komori, Eva para quizá ser mas preciso, hubiese elegido quedarse con alguien definitivamente. Simplemente la dejó ir, no quiso perder mas el tiempo, dejó de interesarle ser Adan. Porque mientras esa jovencita se decidía, el pensaba mas y mas en otra persona que lo confundía y encima poseía sus mismos objetivos. Era tan descabellado que hasta formular frases con hipótesis sobre como comenzó a surgir eso solo le hacían pensar aun mas su afirmación de que estaba volviéndose totalmente loco. Féminas exuberantes con hermosos vestidos de diversos colores y hombres con trajes discretos y estilizados iban frente a él entrando, mientras la enorme puerta abierta dejaba ver el esplendor del lugar. No era momento de confusiones, ahora es cuando debería avanzar con soltura y pasar el umbral de esa puerta de forma natural. Y así lo hizo, tal y como "debería" ser para alguien de la familia Mukami, su único representante que asistiría. Los otros tres allegados que fueron invitados simplemente se atribuyeron la gran libertad que él también quería y sencillamente no fueron, disfrutando cada uno de lo suyo en la comodidad de sus decisiones. Que envidia sentía. Ahora el debería enfrentarse a varios demonios juntos en un mismo lugar con tan solo su personalidad para ayudarlo. Entró, un hermoso candelabro de techo lo recibió con sus cristales colgando junto con un mayordomo que recogió sus cosas. El no le cedió nada, después de todo no llevaba tapado y el saco que traía consigo formaba parte del atuendo que usaría en toda la noche. Podría decirse que casi en automático, todos lo vieron pasar con atención.

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2023 ⏰

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