Kuroko no One Shot.

Murasakibara Atsushi x Reader

* (T/n): Tu nombre.
* (T/co): Tu color de ojos.
* (T/cp): Tu color de pelo.
* (N/H): Nombre de tu
   hermano.
* FanFic escrito en español de
   España, castellano.
* Aquí la 'rayis' es un chico.

-(T/n)-chin, dámelo. -Dijo un chico pelimorado y que te sacaba como tres cabezas de altura.
-No, At.su.shi. -Tenías una bolsa llena de algo que parecían dulces.
-(T/n)-chin, dámelo o te aplastaré. -Respondió él, con un tono de voz algo tenebroso.

-¡Buenos días, hermano! -Una voz sonó de repente.
Un bostezo salió de tu boca.
-¿Eeehh? ¿Cinco minutos más? Poooor fa. -Replicaste.
-¡No! Levanta ya.

Lo ignoraste.

-¡Mamáaa! ¡Mamá! ¡(T/n) no se levanta! -Gritó la otra voz, con aire divertido.
-¿Qué? ¿¡QUÉ!? ¡Mamá, no le hagas caso! -Gristaste tú, aún medio dormido.

Una carcajada sonó.

-¡Idiota! -Siguió riendo. -¡Mamá salió de viaje, no está!

Te levantaste de la cama, furioso.

Fijaste tu vista en una figura masculina, pero no muy alta. De cabello (T/cp) y de unos brillantes (T/co) ojos; pero un poco más claros que los tuyos.

-(T/n), ¿Qué miras? Sé que soy guapo, ¿Pero tanto? -Dijo él, riendo, al notar tu mirada.
-Corre. -Le diste un aviso.

Al oírlo, salió corriendo, sabía lo que le esperaba.

Saliste corriendo detrás de él, persiguiéndolo, hasta que se detuvo de golpe.

Ibas a golpearle, no muy fuerte, pero te detuviste al escucharlo murmurar algo.

-Mierda. -Dijo finalmente.
-¿Qué pasa, (N/h)? -Preguntaste, algo preocupado.

Sacó una foto.
En ella se podía leer algo, pero te fijaste en el dibujo.
Básicamente, era un hombre jugando baloncesto.

-Es hoy, (T/n), es hoy. -Dijo emocionado.
-¿El partido? Sí, ¿Y? -Contestaste tú.

La verdad, (N/h) sí era un apasionado del baloncesto.
A ti, la verdad, ni te va ni te viene.

Antes de que hablara, le interrumpiste:
-Quieres que te lleve, ¿No?

Él asintió, feliz.

-Está bien, pero me debes algo. -Dijiste más feliz que él.

-Tengo miedo... -Susurró él.

-Deberías. -Respondiste.

En realidad no le ibas a hacer nada, simplemente te encantaba fastidiarle.

-Bueno, prepárate. Es en media hora. -Dijo él, en un tono algo serio.

Joder, para ser un partido en el que cualquiera se podía apuntar, estaba muy feliz.

Cuando por fin habíais acabado de arreglaros, salisteis hacía el parque en el que el evento se celebraba.

-¡Hermano! ¡Hermano! -Soltó de repente.

Solo te llamaba así cuando estaba muy feliz.

Respondiste con una sonrisa:
-¿Qué?

Rápidamente contestó:
-Gracias.