Alsaalihin

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Disclaimer: los personajes de Shingeki no Kyoujin no me pertenecen. Son propiedad de Hajime Isayama

Pareja: Riren

Advertencia: contenido de relacion chicoxchico, leemon +18.

NA:Este one-shot es de regalo para mi gran amiga Magi!. te adoro mujer <3, sigue regalandonos tus increíbles historias y buenos momentos. Yo me la paso increible. Conocerte fue una de las cosas más buenas que me ha pasado en la vida. Así que cumple muchos y muchísimos años más. FELIZ CUMPLEAÑOS. (atrasado).

También se lo dedico a Asagui, Ame, Lia ,Charly, Jhovanna, Gumi, Mitsuko, Emilda.

*Yinn: es un ser fantástico,dotados como el ser humano de libre albedrío y que pueden obedecer a Dios o bien a Iblís, el demonio, dotados de magia y que ligados a objetos puede conceder deseos a los portadores de esos objetos que los contienen.

Hace mucho, mucho tiempo en un lugar donde estaba cubierto de un gran desierto, existía un paraíso cuidado por un dios. El dios era rudo, temido y sobretodo poderoso, tenía en sus manos el control del paraíso que él mismo y que con esfuerzo había creado, pero los humanos ignoraban ese hecho y por eso le temían. Aun así el dios no le importaba pero un día debido a las plegarias de los humanos que había escuchado, se presentó a ellos.

—¿Que tanto balbucean? - dijo el dios con tono cabreado, pues lo habían molestado con sus odiosos sonidos, según el -

—Oh dios todopoderoso, le imploramos que nos ayude con las penas que aqueja a su pueblo - comenzó a decir el hombre jefe de los humanos, llamando la atención del dios -

—Para ti soy Dios Levi, humano asqueroso.

—Dios Levi por favor bendiganos para que no nos aqueje las penas del fuerte desierto, se lo imploramos - Pedía el anciano hombre mientras se hincaba ante el dios y todos los demás lo hacían tiempo después -

El dios suspiró resignado, solo les daría una oportunidad, pero nada en este mundo es gratis, tenian que dar algo a cambio.

—Lo haré con una ofrenda.

Pidió él, mientras veía como los demás se sorprendían por la petición de su dios. Rápidamente el jefe pregunto que tipo de sacrificio podría ser el adecuado como para parar los desastres que los atormentaban en ese momento. El dios lo pensó por un momento mientras mantenía sus ojos cerrados y cruzaba sus brazos en su pecho.

— Con un ser.

Dijo tajante, preocupando a los demás. Aun así los humanos trataron de negociar con la ofrenda, pero el dios no se retractó.

—Es eso... o mueren.

El se dio la vuelta, dispuesto a irse cuando volvió a escuchar su nombre de parte de esos humanos.

—Esta bien mi señor. Lo tendrá cuando las estrellas besen su cabeza y la dama de la noche le haga compañía, su ofrenda estará en su lugar.

Bufó y volvió a darles la espalda mientras que con un brillo desaparece de ese lugar que habían construidos los humanos para el.

Lo adoraban desde ese día y ayudaba a que las "calamidades" no afectarán a los humanos; pero un día, le sorprendió no ver su típica ofrenda, sino que enfrente de él se encontraba el jefe de los humanos con un rostro angustiante.

—Dilo.

Exigío el, poniendo aún más nervioso al inmundo humano que miraba con nerviosismo a todos lados, hasta que de sus ropas sacó una cadena que se extendía hasta la parte más oscura del templo en donde siempre lo adoraban. Desde su trono donde siempre se sentaba, pulido con una fina piedra de color desierto, no podía ver hasta donde pudiera terminar esa cadena, ni siquiera los tenues candelabros de velas aromáticas, hacían la luz suficiente para ello. El humano tiró de ella para recogerla, siendo observado por el dios que veía como la cadena se movía por la alfombra roja con contorno de color oro y mostraba a otro humano encapuchado con una túnica negra. El dios se levantó de su trono y quedo enfrente de ambos humanos con su rostro imperturbable.

AlsaalihinWhere stories live. Discover now