Capítulo 36

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No pude evitar sonrojarme ante tal afirmación.

-¿En serio? -pregunté estúpidamente.

-Desde que me contaste todo lo de tu memoria pienso frecuentemente contigo, siento que debo ayudarte... Que realmente soy el único que puedo hacerlo...

-Gracias. -dije sinceramente, era capaz de notar muchísima calidez en cada una de sus palabras.

-Sabes, siento que si paso tiempo contigo, lograrás recordar algo importante. Vamos, llévame a algún lugar de Magnolia que te guste.

Y así, como si nada, me agarro de la mano y empezamos a andar. Sabía que eso lo hacía de forma natural, que esa actitud formaba parte de su carácter, pero podía evitar que mi corazón se desbocara a su tacto.

Andábamos sin rumbo. Intentaba pensar en algún lugar digno de la situación, pero no se me ocurría nada. La última vez Sting me llevó en un lugar hermoso, debía estar a la altura. Pero con el tacto de su mano contra la mía me veía incapaz de pensar en algo. Finalmente acabamos por llegar al parque de Magnolia

-¿Esa de allí no es Harue? -me preguntó Sting señalando a una pareja que estaban abrazaos en el medio del parque, justo bajo un gran árbol -¿Quién es el que está con ella?

Efectivamente, esa melena lila solo podía pertenecer a Harue, y la otra persona, a la cual se estaba abrazando, era la misma con la que la habíamos dejado anteriormente, Loki. Intentando no hacer ruido, arrastré a Sting hasta detrás de unos matorrales. No podíamos interrumpir su momento romántico.

-Intentemos no hacer ruido. -le pedí -Ese es Loki, el León, uno de los espíritus celestiales con los que tengo contrato.

-¿Puedo preguntar qué hacen aquí y por qué nos estamos escondiendo? Parece que Harue está pasando por un mal momento.

-Lo sé. Pero deben arreglarlo ellos dos, nadie más puede ayudarlos. ¿No notas el ambiente romántico?

-Creo que entiendo a qué te refieres, pero puede, a un espíritu celestial, gustarle ...

-¿Gustarle? -pregunté irónica sin dejarle terminar la frase -Por lo que se los dos están completamente enamorados, solo les falta confesar sus obvios sentimientos y decidir seguir con todo esto.

Después de esta pequeña explicación me giré a verlo, encontrándomelo más cerca de lo que pensaba. Noté que mis mejillas se iban escalfando poco a poco, sus intensos ojos azules eran los únicos capaces de ponerme nerviosa.

-Dime Lucy, ¿alguna vez has estado enamorada? -preguntó de la nada.

-Yo...

No logré decir nada más, todo a mi alrededor de volvió borroso, caí al suelo y todo se volvió negro.

Cuando volví a abrir los ojos me encontraba en mi apartamento.

-Buenos días bella durmiente. -me dijo Harue.

-Buenos días. -contesté con un bostezo -Me siento algo rara, ¿qué pasó a noche?

-Pues qué decidiste espiarme detrás de unos matorrales junto con tu querido Sting.

-¡Es verdad! ¿Dónde está ahora? -dije intentando evitar sus indirectas.

-Partió luego de llevarte en brazos hasta tu cama, parecía un príncipe. Me contó que te desmayaste hablando con él. ¿Es algún nuevo recuerdo? ¿Qué es lo que hizo para estimular tu memoria? -preguntó finalmente de forma picara.

En ese momento empecé a recordar, pero a diferencia de las otras veces, esta vez no eran imágenes, era como una especie de calidez en mi, un hormigueo en mi barriga... Yo había sentido esto antes... Entonces recordé las palabras de Sting de la noche anterior "dime Lucy, ¿alguna vez has estado enamorada?" Ese sentimiento... ¿Era lo que se sentía al estar enamorado?

-No estoy muy segura. -respondí a mi amiga -Creo que si vuelvo a ver a Sting voy a aclararlo todo un poco más...

-Bueno... Por ahora ve a bañarte, luego iremos al gremio.

-Antes de nada... ¿Tú no tienes de contarme nada de lo que pasó con Loki?

-Quizás, pero ahora no es el momento, te prometo que te lo contaré todo, primero necesito procesarlo.

Sin decir nada más cogí algo de ropa limpia y me encerré al baño..

Me estaba desvistiendo cuando no pude evitar soltar un suspiro, mi ropa olía a él. Me dejé caer al suelo y estuve un buen rato con la cabeza metida en mi camiseta, ese aroma... Me fascinaba. Incluso me estaba planteando no volver a lavar nunca esa camiseta...

Fui a una misión junto con Natsu y Happy, en ella habíamos de conseguir la escama de la espalda de una especie de cocodrilo humanoide. Fue una misión fácil, pero al acabar todo empezó a temblar, después todo se nubló por unos instantes y un huevo cayó del cielo y aterrizó sobre la cara de Natsu.

Fuimos a cobrar la recompensa y después fuimos al gremio.

Durante diez días, Natsu se encerró en su casa para calentar el huevo. Con Harue, Erza y Gray decidimos ir a ver qué pasaba.

-No se lo habrá comido, ¿verdad? -preguntó Gray.

-¡No! Lo dudo mucho. -contesté - A Happy lo incubó debidamente.

Decidimos entrar. Nos encontramos con una especie de deprimido y triste Natsu y Hayyp y la casaca roja del huevo roto.

-¿Se lo habrá comido y le sentó mal? -preguntó Gray.

Una especie de sombra se empezó a mover, muy rápidamente, a nuestro alrededor. Erza sacó su espada e intentó golpear ese ser, pero fue detenida por Natsu.

-¿Qué haces? -preguntó el dragonslayer - Aquí estás. -añadió agarrando esa sombra entre sus brazos.

-¿Qué es eso? -se atrevió a preguntar Harue.

-Acaba de nacer. -nos contó Happy -Lo incubamos sin dormir...

Me acerqué a ver ese animalito. Era peludo, de colores verdosos y de grandes ojos oscuros. Realmente era muy lindo.

Una vez al gremio Natsu hizo oficial el nombre de su nuevo compañero: Kemokemo.

La integración de Kemokemo al gremio, fue sujeto de mucha discusión, la cual fue interrumpida por un mensajero del consejo. Este nos informó que estaban preparando un intercambio de magos entre los cinco gremios que participaron en los Grandes Juegos Mágicos en el cual participaríamos cinco magos de cada gremio. De Fairy Tail seriamos Nastu, Gray, Erza, Hareu e yo. Y obviamente también vendrían Happy y Kemokemo.

Atrapada en otro mundo, más cerca de ti, más lejos de Fairy Tail. StinLuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora