El bosque sombrío

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En las regiones de Hyrule, había dos dioses, que eran los principales. Los habitantes de la luz seguían a la diosa Akrar, mientras que los habitantes de la oscuridad seguían al dios Dante. Algunas veces, habitantes de la luz iban al bosque sombrío para hacer los mapas. Estaspersonas se decían cartógrafos misteriosos, ya que nadie sabia de que parte del bosque luminoso entraban. 

En esta historia, dos cartógrafos misteriosos buscaban como cartografiar todo lo que quedaba delbosque sombrío. 

- Creo que el camino más corto para llegar al centro era entrando por el norte. 

- Pero para que no nos vean, habríamos de entrar por el este, ya que es la zona más despoblada.Acuérdate de lo que les pasó a nuestros compañeros. 

Un grupo de cuatro cartógrafos fueron a intentar cartografiar todo lo que quedaba del bosque, pero lestendieron una emboscada y murieron todos. Solo se pudieron encontrar sus cuerpos en los límites entre los dos bosques. 

- Mientras eso no nos pase, podremos encontrar bastantes caminos, por algo somos los más veteranos es esta materia. Mientras, vamos a ese lago a llenar nuestros pellejos. 

El lago era de agua cristalina, ya que estaba por los límites entre los dos bosques y no mucha gente se atrevía a ir. Estaba rodeado por muchos árboles y unas flores bastante grandes. Había animales parecidos a los ciervos, pero eran más grandes y mucho más rápidos. Todos median más que los caballos. En el lago se vio reflejada el aspecto de uno de los exploradores. Era un hombre alto y esbelto, con cabellos largos y dorados. Tenia un cuerpo musculado, y aparentaba unos treinta años, pero en realidad tenia cincuenta. Era un hombre muy cauto y previsible, ya que no confiaba en nadie ni nada, cosa que le había salvado la vida muchas veces. Llevaba una armadura y una espada larga en un cinto y un escudo en la espalda. Los de su profesión eran muy extraños y decían de ellos que estaban malditos, ya que eran los únicos que se atrevían a entrar en aquel bosque. Cuando acabaron de llenar los pellejos decidieron entrar en el bosque. Cuando cambiaron de bosque, también cambió todo. El bosque luminoso era iluminado por un sol a diario, y de noche las tres lunas que había daban un brillo casi tan grande como el sol. En el bosque sombrío, todo era diferente, ya que los árboles tapaban la luz solar, y las lunas apenas conseguían pasar por los espacios que quedaban. 

Caminaron cerca camino que había en el bosque, pero sin llegar  a entrar en él, ya que siempre que alguien iba por allí, moría de una emboscada. El segundo cartógrafo era más joven que el otro, y bastante más tranquilo. No se dejaba impresionar fácilmente, pero le gustaba más reír. Usaba unaarmadura y llevaba un arco y un carcaj con unas treinta flechas. Fueron caminando, y de pronto oyeron un ruido. El segundo cartógrafo tensó el arco y puso una flecha, mientras que el primero desenvainó la espada. De unas matas, salieron unos salvajes, en total eran cinco, todos con espadas cortas y sin escudos. El primer salvaje cayó cuando una flecha le dio en el corazón. Se asustaron un poco, pero continuaron. Atacaron al primer cartógrafo, ya que era el más adelantado. Antes de poder reaccionar, el segundo salvaje cayó cuando le cortaron la cabeza, y el tercero fue a dar una estocada al cartógrafo. Lo esquivó y se fue un poco hacia atrás, cuando otra flecha le pasó cerca de la cabeza y fue a dar a un cuarto salvaje, que le perforó el estómago. Mientras pasaba esto, el primer cartógrafo se adelantó y dio al tercer salvaje en el corazón y cayó al suelo al instante. Cuando el último salvaje vio todo lo que había pasado, se dio a la fuga, pero cuando dio cinco pasos, una flecha le atravesó la cabeza y murió. En ese instante, el primer cartógrafo habló: 

-No habrías de haberlo matado, Zora, habríamos podido obtener información si lo capturábamos. 

- No haber matado tu a los otros, Eldin. 

- Sabes bien que con uno nos basta, y hace demasiado tiempo que nadie conseguía entrar hasta aquí. 

Extendieron el mapa de la zona donde estaban ahora y los alrededores. 

- Solo podemos entrar por el sendero que rodea el camino- dijo señalando un punto del mapa-, ya has visto que hay demasiados salvajes. 

- Podemos matar a todos los salvajes que quieran venir, o no confías en tus propias habilidades? 

- Yo no confío en nada ni nadie, mis habilidades no me preocupan, solo que no quiero que muerasdemasiado temprano. 

- Te preocupas por mi, que simpático. 

- Lo único que quiero es no haberme de quedar sin un compañero menos antes de llegar al objetivo, y ya hemos perdido demasiado tiempo, así que vamos- dijo mientras recogía el mapa y se ponía de camino-. 

- ¡Espera un momento, he de recoger mis flechas! 

Zora corrió hacia los cadáveres que había y cogió las flechas rápidamente, guardándolas al carcaj y corriendo junto a Eldin. 

Caminaron juntos y avanzaron hasta el sendero. Era un lugar bastante estrecho y solo podía pasar unapersona a la vez, un lugar perfecto para evitar las emboscadas. Eldin iba a la cabecera, con la espadadesenvainada y el escudo en la mano izquierda, mientras que Zora iba en la retaguardia, con el arco en la mano y preparado para cualquier ruido. Pasaron unos treinta minutos y de pronto escucharon un ruido. Los dos se prepararon, y salió una especie de gato salvaje, que pasó de ellos y siguió su camino. Cuando llegaron al final del sendero, se pararon y se sentaron en unas rocas. 

- A partir de aquí, nadie ha visto nada sobre lo que pasa. O los que habían llegado más lejos murieron. No creo que nosotros tengamos mucha más suerte que todos los otros. 

- Pues haz lo que quieras, pero habíamos quedado que avanzaríamos hasta el centro, para saber al menos una ruta por si hemos de conseguir algo. Vamos, hemos de llegar rápido hasta el centro. 

- ¿Rápido? Pero si tenemos todo el día para llegar. No creo que nos maten. 

- Pues quédate aquí si quieres, yo ya me voy.

- Porque siempre has de ser tan manipulador... Pues vamos. 

Partieron hacia el interior. Solo encontraron a los habitantes del bosque, que por una tregua, noatacaron, mientras que los salvajes que los atacaron eran demasiado débiles para matarlos. Llegaron alcentro del bosque, que por lo visto era donde tenían una estatua de su dios. Tenia un aspecto imponente, y todo lo que había alrededor era bosque. Cuando salieron de allí, se dedicaron a hacer un mapa detallado del camino que habían seguido, y también habían hecho un documento de como era el dios del Bosque Sombrío. Pasaron los años, y nadie se atrevió a volver a entrar en aquel lugar, ya que como explicaron los cartógrafos misteriosos, había muchos salvajes. Un día, los cartógrafos fueron hacia el bosque y pusieron una barrera para que nadie cruzara, a menos que tuviera un permiso especial de ellos, mientras que dejaron una puerta en el lugar indicado. Y así vivieron muchos años. 

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2014 ⏰

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