II [Final]

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El joven tomó otro frasco, esta vez de color azul, con el cual embadurnó sus pulgares, acercándose al príncipe para tomar sus muñecas, frotando sus dedos en estas antes de destapar al heredero, despojándolo de sus pesadas mantas.

—No deberia tener todo esto encima, solo le impide moverse libremente y lo asfixia.—el chico tomó su mano, dándole al príncipe una sonrisa quenle aseguraría que todo estaba bien. — Venga, pongase de pie, quiero que hagamos algo.

El príncipe lo observó algo confundido, haciendo caso de todos modos, y aunque le era doloroso mover su cuerpo, logró hacerlo, poniéndose de pie con mucho cuidado. Mantuvo su propio peso, revelando una sonrisa llena de ilusión y felicidad al boticario quien se la devolvió con la misma intensidad.

Paso a paso, Baekhyun comenzó a moverse, siendo recibido por los brazos del alto quien tomó una de sus manos al igual que su cintura, comenzando a balancearlos.

—Permítame un baile, su majestad, celebremos juntos que vuelve a caminar. —susurró en su oído, erizando la piel del más bajo antes de comenzar a bailar.

Sintió envolverse en una música inexistente pero que no era necesaria, no cuando su cuerpo se perdía en cada sensación que aquel baile junto al chico le causaba. El príncipe estaba feliz, sentía que todo podía mejorar y que debía cada parte de si a aquel sencillo boticario que le estaba devolviendo aquello que creía perdido. El alto tomó una de sus manos, haciéndolo dar la vuelta antes de volver a tomarlo por la cintura, terminando con ambos rostros demasiado cerca y con una sonrisa invadiendo ambas bocas. Unas que se unieron en un beso demasiado cálido para el corazón de ambos.

Baekhyun sintió como su corazón enloquecía, su alma se sentía libre y feliz y por un momento no le importó nada más que aquel chico alto saboreando sus labios con la mayor dulzura y delicadeza que pudiera imaginar.

—Llévame contigo —susurró el príncipe, sintiéndose aún más feliz al notar que su voz había vuelto. Podría cantar, mostrarle a Chanyeol su voz y dedicarle cientos de melodías cada segundo y este estaba de acuerdo con ello.

Quería oír al príncipe por el resto de sus días, aunque estos fueran eternos por lo cual no tardó en unirse a él nuevamente.

*

El rey se adentró en la habitación de su hijo como cada noche, dirigiéndose directamente a su cama para sentarse en aquella silla que ocupaba siempre.

—Buenos días, hijo, dentro de algunas horas se presentará un nuevo médico para evaluar tu situación.

Al observar la falta de reacción de su hijo, el anciano tomó su mano, notándola completamente pálida y fría, entrando en un estado de desesperación, bañando la habitación a gritos y llantos de un padre que había perdido a su hijo.

Baekhyun yacía muerto en su cama luego de haber sido llevado al mas allá por más ni menos que la propia muerte.

Durante la edad media, existía la creencia de que cada uno seria invitado al otro mundo por medio de un baile, uno donde se presentaría la misma muerte. Baekhyun sabia más que nadie que aquello era real, pero podía asegurar que no había nada malo del otro lado, no cuando se encontraba tomando la mano de Chanyeol, cantando como hacía tiempo no lo hacía.

Danza de la muerte | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora