Mi maldición

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En el reino Akatsuka se celebraba una gran fiesta: la boda del segundo príncipe del reino Akatsuka y la princesa del reino azul.

La fiesta era en el gran salón del castillo de la familia real Matsuno. Muchas personas habían acudido a esta gran fiesta, no sólo los altos funcionarios de ambos reinos sino que también habían acudido muchos plebeyos.

El salón era alumbrado por grandes candelabros colgados del techo y unos pequeños que se encontraban en las paredes, ambos sostenían las velas encargadas de dar luz al lugar.

El ambiente era animado, algunas personas comían y otras bailaban. En la mesa principal se hallaba la pareja recién casada: Matsuno Ichimatsu y Nakamura Karamatsu.

La gente celebraba en honor de ambos, todos estaban felices, pero era la pareja la que irradiaba mayor felicidad.

Los nobles más conservadores considerarían esta fiesta algo vulgar, pero no Ichimatsu ni Karamatsu. Para ellos era especial que tanto nobles como plebeyos estuvieran ahí con ellos.

—¡Muy bien! ¡Muy bien! —habló un hombre de traje negro y ojos verdes. Era Choromatsu, el mejor amigo del próximo rey: Matsuno Osomatsu. Sus palabras de puro milagro fueron escuchadas por todos, quienes pronto guardaron silencio para el anuncio. —¡Dénle un gran aplauso al padrino de anillos y al hermano del novio! ¡Matsuno Osomatsu!

Muchos aplaudieron al gran príncipe de rojo.

Osomatsu subió a la enorme plataforma en donde se encontraba la mesa de los novios. Sostenía una copa y con una reluciente sonrisa realizó un brindis en honor a la pareja.

—¡Un brindis por el novio y la novia! —miró a Ichimatsu quien mostraba una sonrisa sincera, una que normalmente nunca muestra. Después volteó a ver a la novia, se veía feliz y hermosa en su vestido azul. —¡De parte de su hermano! ¡Quién siempre estará a su lado! —levantó nuevamente su copa y los presentes le imitaron—¡Por su unión y la esperanza que nos dan! ¡Qué siempre estén felices y satisfechos!—. Todos brindaron y desearon lo mejor a la pareja.

Osomatsu sonreía feliz, ocultando en su rostro la hipocresía que no puede evitar sentir. Hipocresía que vino del deseo y el anhelo perdido, de la renuncia al amor de su vida. La envidia y el dolor parece que no desapareceran por completo.

Aún recuerda esa noche en que la conoció.

La familia Matsuno había realizado un baile para el primogénito Osomatsu.

En total los reyes tenían dos hijos: Osomatsu e Ichimatsu. El primero se lo llevó todo. Osomatsu fue el consentido de sus padres, al ser el mayor se le dio todo tipo de cuidados especiales ya que él sería el legítimo sucesor del Rey, mientras que Ichimatsu fue desplazado mas no repudiado. Esto provocó en su hermano un complejo de inferioridad. Se volvió sombrío y se terminó por aislar de la gente del castillo.

Los únicos amigos que pudo hacer el segundo heredero fueron plebeyos y gatos callejeros, que para la mirada de los nobles no había diferencia alguna entre ellos.

Osomatsu siempre ha estimado mucho a su hermano, sabe que él tiene un corazón de lo más gentil y amable.

Esa noche, a pesar de que era un baile para encontrarle una esposa, decidió que haría lo posible por que su hermano se la pasara muy bien. Osomatsu es conocido por lo carismático que puede llegar a ser, normalmente es el alma de las fiestas y esa noche no sería diferente.

Osomatsu trajo de aquí para allá a Ichimatsu, tratando de divertirlo, cosa que funcionó. Su hermano no es alguien que disfrute mucho de estos eventos, pero esta vez parecía no incomodarle. Los dos se la estaban pasando muy bien esa noche.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2017 ⏰

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