– Rut solo serán tres meses, ni que te fueras a vivir por tres años junto a tu padre – dijo la mujer tratando de guardar la compostura. Aquella hija adolescente que tiene solo la exaspera y le pone los pelos de punta.
– Pero tenía una salida con los chicos de mi escuela. ¿Ahora ni quiero imaginar que estarán pensando de mi por cancelarles la salida? – Estaba tan angustiada, ahora toda la clase no pararían de murmurar acerca de su ausencia en la gran fiesta que Tom Cochrane ofrecía en su casa todos los años– ¡Vamos! No me digas que no te parece extraño que papá pida sin razón alguna que pase tanto tiempo con él.
– ¡No seas molesta! – Grito su pequeña hermana – Sabes cuánto odio tus típicos berrinches y tus patéticas excusas – dijo la niña de apenas once años. Tenía el rostro enojado con sus brazos cruzados.
– Pues a mí no me interesa si te fastidia o no. ¿Acaso a ti tampoco no te parece raro? – menciono ofuscada la pelirroja.
– Ah... ¿No? – haciendo una mueca con su rostro. Valeria no entendía porque su hermana era tan paranoica – Tómalo como vacaciones largas o como sea. ¡Solo ya vámonos!
– ¡A mi no me levantas la voz! Soy tu hermana mayor – le dijo seriamente Ruth a la pequeña.
– ¡Entonces compórtate como una! – Valeria tampoco se iba a dejar humillar por nadie y menos si se trata de su propia hermana. Ya estaba en su límite, respiro hondo mientras que en su pequeña cabeza empezaba a formular lo siguiente que iba a decir – Para mi nunca fuiste mi hermana mayor y mucho menos cuando tu mejor amiga es Ana o ¿Debería decir, anorexia?
Las últimas palabras provocaron en Ruth una ira imaginable. Aún no creía que Valeria le haya puesto un nombre ridículo a aquella enfermedad.Pero ella nunca admitiría que padecía aquel trastorno, jamás lo aceptaría. Ella solo quería bajar algo de peso, ¿Qué tenía de malo? Odiaba cuando mencionan ese tema. Y más cuando sale de la boca de la persona menos indicada. Su estúpida hermana menor.
" ¡No soy anoréxica!" se decía mentalmente la mayor de los Tanner.
– Eres una desgraciada... ¡Que sabes tú de mí! – grito rabiosa. Sus palabras eran ciertas, nadie conoce a la verdadera Ruth pero su cuerpo la delataba. – ¡Por eso no tienes amigos! ¡Nadie te soporta! Así fue como perdiste a Nicole...
Al instante Valeria se abalanzo encima de Ruth. Empezaron a jalarse del cabello, arañarse y propinarse golpes entre ellas. La señora Tanner se espantó al ver tal escena frente a sus ojos, se interpuso entre sus hijas y las separo. En la habitación podrías sentir la tensión, las tres mujeres jadeando de cansancio por la conmoción. Su madre de ambas tomo la palabra.
– Ustedes son hermanas. Las hermanas se quieren, se respetan y sobre todo se protegen. – decía tranquilamente arrodillándose mientras agarraba las manos de sus dos pequeñas y las miraba a sus ojos. Le entristecía ver como sus hijas peleaban. – Saben que a ella no le gustaría verles pelear de esta manera.
Silencio total, solo se escucharon lágrimas caer al suelo y no eran de Valeria ni de la señora Tanner. Eran de Ruth. Eran sus lágrimas de dolor, que trataba de ocultar mientras se tapaba el rostro con ambas manos. No soportaba vivir con ese vacío, ya no podía.
– Valeria, ¿Podrías a bajar las maletas? – miro a su menor hija. Ella asintió y salió de la sala.
Ruth temblaba y aún escondía su rostro.
– Mi niña... Yo lo siento. Hablare con Valeria para que no mencione más ese tema y no volveré a mencionarla, ella no tiene nada que ver con esto. No era mi intención usarla como excusa para que dejaran de pelear. Sé lo duro que fue pero tienes que superarlo. Prométeme que vas a comer, no deseo que tengas una recaída de nuevo – rodeo con sus brazos el delgado cuerpo de la chica. No pudo resistir y rompió a llorar. Ambas abrazadas, desahogándose de aquel dolor que inundaba sus corazones. – No podría soportar perderte, no otra vez.
– Me siento vacía, madre. Y tengo mucho miedo, no me dejes sola.

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ALISHA
Romance¿Alguna vez te has sentido vacío/a? Ruth Tanner desde aquel suceso desastroso, sintió ese vacío profundo dentro de ella. Que la vida no valía nada. ¿Qué más podía hacer? Aparentar, fingir y engañar eran sus escudos. Mostrar sonrisas falsas, vivir b...