La Bruja De Ojos Blancos [Editado]

En mi mundo

Hinata Hyuga se preparaba para ir a la escuela, era su primer año y tenía muchos nervios pues se había mudado hacía poco, tomo una peineta que pertenecía a su madre y se la colocó en el cabello, luego se miró al espejo y sonrió viendo el collar que también pertenecía a su madre, solo esperaba que le fuese bien en la escuela y pasar desapercibida, no le agradaba mucho que la notaran, más porque ella era extraña, pues era una bruja blanca, como su madre, y a veces solía hacer cosas raras sin querer, pero..., ahí nadie la conocía, nadie podía juzgarla ¿cierto?, tomó su portafolio y bajo las escaleras para toparse con la mirada dura de su padre y su hermana; miró hacía otro lado y susurró un apenas:-buenos días- sonrojada, su padre suspiro y la hizo tomar asiento, ella así lo hizo y él le dijo que ese día le tocaba levantarse temprano para lavar los trastes, ella se disculpó diciendo que debido a la mudanza el día anterior no había podido arreglar algunas cosas y cuando volviese de la escuela lo haría, su padre asintió y le dijo que desayunará rápido o se le iba a ir el autobús, su hermana suspiró y le paso la bolsa de pan y la mermelada, ella sonrió y se apresuró lo más que pudo.

Sasuke se levantó de su cama agitado, desde hacía dos días había estado teniendo pesadillas, lo cual  atribuía a su nuevo año escolar; ya estaba odiando la escuela antes de su comienzo, iba a ser una verdadera tortura ver a sus compañeras obsesionadas con él, la buena noticia es que una de ellas se había conseguido a un novio, lo malo era que era su copia barata, se levantó con pereza y volvió a pensar en el porqué de sus pesadillas, pues era como si las viviera en carne propia, ~una hermosa mujer que moría en sus manos y luego él ejecutado~, trató de quitar esas ideas de su mente y de mala gana se puso el uniforme, maldijo en sus adentros viendo que se había despertado demasiado temprano, así que se quito su uniforme y se ducho para luego vestirse de nuevo.

Odiaba a veces su vida, su hermano perfecto con el que comparaban, su padre severo que siempre lo reprendía, su estúpido club de fans, sus estúpidos compañeros y su intolerable mejor amigo, un día iba terminar explotando, lo único bueno, era su madre, aunque, a veces era demasiado..., bueno, su madre; bajo a desayunar comprobando que era el primero, luego bajo su hermano y ambos estaban en silencio, su hermano se preparaba para otro día en la oficina y él otro nuevo año escolar, suspiró con frustración, él no era la persona más alegre, odiaba todo, tal vez se odiaba a sí mismo, no le gustaba convivir con las mujeres y no es que fuese gay, si no que eran demasiado insoportables y había algo en él que no lo dejaba, a veces sentía que era otra persona, pero claro, eso era solo su imaginación.

Aquí Dentro de mi Alma 
Llevo Tristezas que no puedo Superar 
Tal Vez Puedas Criticar. 
Mi Lado Oscuro No Te Va gustar 
Mi Vida yo la Decido, 
Jamás Permitiré que nadie Opine Sobre mí. 
Mas Sin Embargo se, 
Que En la Vida lo Importante es Ser Feliz. 

Salió de su casa para tomar el autobús y frente a su casa como una mala broma estaba la chica de sus pesadillas, aquella que moría en sus brazos, por unos segundos le dolió su corazón y sin evitarlo una lágrima salió de uno de sus ojos, era algo inverosímil, rápidamente trató de secarse la lágrima pensando que le había caído una basura, tragó grueso y fue hacía la otra acera para coger el autobús, miró que ella tenía el uniforme de su escuela y como si su voz tuviese vida propia le preguntó su nombre y le dijo el suyo, se maldijo por eso y ella con una radiante sonrisa le dijo lo que él le preguntó, sin quererlo el muchacho se ruborizó y dijo algo parecido a un:-hmp- y luego le dijo sin pensarlo dos veces:-bienvenida al barrio, soy tu vecino-, ella asintió y quedaron en silencio varios minutos, mientras en el cielo se podían ver unas nubes de tormenta, pues tal parecía que llovería.