De abogados y uniformes naranjas [Yoonkook OS]

Parte única.

[Cuando ponga el 🌸, es porque está recordando. Cuando vuelva a ponerlo 🌸, es porque ha vuelto al presente. Ahora si, ¡disfrútenlo!❤️]

Su cintura se sentía tan pequeña entre mis manos, suave y delicada, así como lo había imaginado desde que nuestras miradas se encontraron por primera vez. Y traté de no perderme en sus facciones, de no hacerlo únicamente sentimental, porque tenerlo ahora mismo subiendo y bajando al compás de unos torpes y deliciosos movimientos sobre mi polla, me conducía a pensar de mil formas diferentes. Porque se trataba de Min Yoongi, y el como acabamos aquí, en un auto alquilado, con su uniforme naranja desparramado junto a mi traje en los asientos de atrás,  no podía ser obra de unas simples manos delgadas y un rostro adorable que me atrapó desde que ingresé a la sala de interrogatorios de aquella cárcel que prometía una alta seguridad.

Y solo prometía, porque con Min Yoongi, todo tipo de leyes, normas y esquemas desaparecían en cuestión de segundos.

De no ser así, ¿entonces como ahora nos encontrábamos a miles de kilómetros?

🌸

En toda mi vida no había visto nada parecido.

Era como un niño... un niño con uniforme naranja. Un niño adorable que ahora mismo me miraba mal y mostraba su tenedor de plástico. Luego, simuló cortarse el cuello con el mismo. O bueno, mi cuello.

Un escalofrío recorrió mi espalda.

—Licenciado Jeon, ¿se encuentra bien? —aparté la mirada del pelinegro y miré al policía que me fruncía el ceño, seguro extrañado por mi comportamiento. ¿Acaso era el único que sentía que mi cliente podía ver tras las lunas polarizadas? Encima, solo a mi, como si en la sala no hubiera nadie más.

Lo que más me daba curiosidad era saber porque a alguien tan lindo y adorable lo tenían encerrado en una cárcel de máxima seguridad en Nigeria.

Y porque me habían traído a mi para tratar el caso existiendo miles y miles de abogados.

—Si, de maravilla. ¿En qué estábamos?

Una última mirada al pelinegro y puedo empezar con mi trabajo, recibiendo el portafolios y la gran carpeta de antecedentes. Y con gran carpeta, le doy un 100/10 porque vaya que si era grande.

—¿Por qué...?

—Lo dejo a solas con su cliente, con permiso —los otros dos policías que vigilaban la zona se levantaron igual y casi parecieron huir de la habitación, porque no tardaron mucho en abandonarla, dejándome solo... con aquel sujeto de aspecto adorable.

Tragué duro. Iba a ser más difícil de lo que imaginé.

—A ver... —abrí la carpeta con algo de dificultad. Habían algunas hojas que se salían, pero pude retenerlas con la otra mano mientras ojeaba las primeras líneas y datos. Unos cuantos, y no digo muchos porque le queda corto, homicidios y robos, seguido de crímenes a los que por poco no le ponen o inventan otro tipo de nombre. Era de alguna manera increíble y exótico... algo que estaba fuera de mi campo de conocimiento.