33.

3 1 0
                                    

El otro día vi mi taza. Si, estoy escribiendo sobre una taza.
Mi taza es negra, y todos los días al levantarme echo leche la meto en el microondas y le echo café con dos cucharadas y media de azúcar. Esta mañana me he fijado en que tiene una grieta en el asa, pero no es suficientemente profunda para romperse mi suficientemente pequeña para no moverse. Y ahora cada vez que la cojo suena un pequeño click que me recuerda que tiene una grieta, como yo.
Me he dado cuenta de el daño que soy capaz de hacer a las personas, nunca nadie me había avisado de lo frágiles que pueden ser algunas personas cuando están enamoradas, no sabía que lo podían ser hasta que no rompi a una, que dejó a flor de piel todos sus sentimientos hacia mi. Más tarde cuando ya había olvidado que había llegado a romper a alguien, una persona me rompio. Bueno en realidad no, en realidad me hizo la grieta que tiene mi taza, y ese click que hace al cogerla es el click que escucho cada vez que alguien me dice que me quiere o que está enamorado de mi, porque se que tengo una grieta y me da miedo que se haga un poco más grande y llegué a romperme, al igual que ahora solo cojo mi taza por lo que es el vaso y no el asa, por si se rompe.
Ahora tengo miedo de romper, veo lo frágil que es todo a mi alrededor, que cualquier cosa con un solo toque puede romperse. No quiero que mi taza se rompa. Y yo tampoco me quiero romper.

Y Pienso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora