How you get the girl.

Capítulo 2.

Entro a clase lo más rápido que puedo y corro a mi sitio. Por suerte, aún no ha llegado el profesor. Debo estar atenta por los pasillos para averiguar si de verdad viene a mi instituto. No me gustaría verle, porque me da mala espina, pero si no le veo significa que me he metido en el coche de un desconocido total. Si le veo, sigue siendo un desconocido, pero menos.

El día se me hace bastante corto y por tercera hora ya casi se me ha secado la ropa por completo. En la comida, miro por toda a cafetería en busca de ese tal Finn Matthews, pero ni rastro de él.

El timbre que indica que podemos irnos a casa va a tocar en cinco minutos. ¿Voy a casa o paso por secretaría para pedir una lista de los alumnos de último curso? Debería pensar una razón para que me las den. Suena el timbre y no se me ha ocurrido nada, pero la intriga me está matando, así que camino hacia secretaría sin pensarlo. Bajo las escaleras y alguien me sujeta la puerta.

"Gracias." Sonrío, pero no miro.

"De nada, Camille."

Sé quién es y aún no le he visto. Estaba confusa. Quería y no quería verle al mismo tiempo, pero ahora solo estoy aliviada.

Le miro y está sonriendo. En el coche no me había fijado, pero tiene unos ojos verdes preciosos. Tengo que apartar la mirada para no ponerme roja.

"¿Ahora me crees?" me pregunta

"¿Cómo?"

"Que si ahora crees que voy a tu instituto"

"Podrías estar mintiendo y haber venido solo para que no te descubra."

"¿De verdad crees que me molestaría tanto si fuera un asesino en serie que te dijo que montaras en su coche?" Me coge por los hombros y me atrae hacia él. "Perdona. Es que estabas taponando la puerta." Mira para otro lado.

"Voy a tenerte vigilado de todas formas. Sigo sin fiarme de ti."

Sonrío y camino hacia la salida. Siento mariposas en el estómago. Algo ha hecho click dentro de mí. Todo lo que sé es un nombre: Finn Matthews. Y todo lo que sé es que me ha sujetado la puerta. Solo sé que todo ha cambiado.

***

Al día siguiente.

Esta vez he conseguido coger el bus, aunque una parte de mí quería perderlo. No sé qué me pasa. Todo lo que he visto desde hace 18 horas son ojos verdes, pecas y su sonrisa en el fondo de mi mente, haciendo que quiera concerle mejor. Estoy loca. Loca de remate. Nunca me he sentido así y además, no le conozco. Paso el resto del viaje mirando por la ventana, buscando su coche. Pero nunca lo voy a admitir.

Llega la hora de comer y toca tomar la decisión de contarle o no contarle lo de Finn a mi amiga del alma. Sé que lo voy a acabar haciendo, pero me apetece guardármelo para mí un tiempo. Lo único que tengo que hacer es ocultarlo. Phoebe siempre sabe cuándo me pasa algo.

"Hola, Phoebe" digo mientras me siento en frente de ella. A su lado está Leo, su novio. La verdad es que hacen muy buena pareja, pero a veces son insoportables. Son la típica pareja que empieza a salir en el instituto y acaban casados con hijos. Saludo a Leo con la mano.

"¿Qué te pasa, mujer?" me pregunta mi amiga. Obviamente ya se ha dado cuenta de que algo ha cambiado. Cómo narices lo hace. Hora de mentir.

"Demasiados exámenes. Demasiados deberes."

"¿Seguro? El asqueroso de Thomas no te ha molestado más, ¿verdad?"

Niego con la cabeza.

Thomas es mi ex. Típico. Empezamos el año pasado. Al principio todo era genial, luego se complicó todo. Se volvió celoso, controlador y me agotaba. Decidí dejarle y solo empeoró. Seguía pensando que le pertenecía. Algunos días simplemente me llamaba llorando, otros se presentaba en mi puerta amenazando. De verdad que nunca entenderé que vi en él en un principio. Despreciaba todo lo que a mí me gustaba y todo lo que yo hacía. Hizo que pensara que yo no merecía la pena. Gracias a Phoebe ahora sé que eso no es cierto y Thomas no me molesta desde hace meses.